El Madrid tiene motivos de peso para estar preocupado también por su futuro en la Liga de Campeones. Ni siquiera el hecho de que su rival de esta noche, el Roma, esté en peor situación da a los madridistas argumentos para pensar que hoy (20.45 horas, Canal Plus) puede ser el punto de partida de una recuperación muy problemática. El sentimiento de inseguridad en el equipo blanco es tan grande que García Remón ha intentado convencer a Zidane de que su participación es fundamental. Y lo ha conseguido.

El francés jugará con una protección especial en el hombro derecho, donde sufrió una luxación en Leverkusen. El entrenador le cree básico para que el Madrid comience a remontar el vuelo en una competición contemplada como válvula de escape para volver a la Liga con fuerza suficiente para superar sus penurias.

"Sabe que si no ganamos esta final va a ser muy difícil continuar. Ha dado un paso adelante y tiene unas posibilidades altísimas de jugar como titular", dijo ayer el técnico madridista, que ha decidido cambiar de hábitos y ha suprimido la concentración en la noche anterior al partido. Del Bosque solía hacer lo mismo. Los jugadores dormirán en sus casas y tendrán hoy por la mañana una suave sesión de entrenamiento.

BECKHAM O GUTI García Remón debería considerar esencial asimismo recuperar la fortaleza defensiva y la producción de juego. En ese sentido, está por ver si manda al banquillo a Beckham, como hizo Camacho en Montjuïc horas antes de su adiós, y mete a Guti. La actuación del inglés en Bilbao y el proceso gripal que arrastra así lo aconsejan, pero, por otro lado, parece un lujo prescindir de quien ha dado dos de sus tres victorias en la Liga. También él quiere jugar, explicó el preparador blanco. "Las pequeñas molestias se quedan a un lado ante la gran importancia que tiene vencer".

García Remón pidió comprensión para un grupo que falla tanto en lo colectivo como en lo individual. El equipo italiano llega con un entrenador interino, después de la salida de Rudi Völler, y con el lastre de una trayectoria aún más alarmante que la madridista: una victoria, un empate y dos derrotas en la Liga, y un desastre en Liga de Campeones en el Olímpico, donde la UEFA le dio por perdido 0-3 el partido ante el Dinamo tras la agresión al árbitro.