La vuelta de Zinedine Zidane al banquillo del Santiago Bernabéu acabó con la victoria del Real Madrid por 2-0 ante el Celta de Vigo. Los blancos volvieron a ganar ante su público mes y medio después gracias a los tantos de Isco y Bale.

Zidane avisó durante la semana que iba a contar con todos los jugadores y así lo hizo. Keylor Navas volvió a la portería, Marcelo ocupó el lateral izquierdo, e Isco y Asensio partieron de inicio junto al siempre controvertido Bale. Sin embargo, los cambios en el once inicial no tuvieron el efecto adecuado en el conjunto blanco durante una primera mitad aburrida donde el Madrid dominaba con una posesión estéril.

La lesión de Juncá nada más comenzar el choque obligó a Escribá a modificar toda la zaga celeste. Un Celta que se pudo adelantar gracias a un cabezazo de Maxi Gómez que detuvo en una estirada de reflejos Keylor Navas. El Madrid tiró de galones para crear algo de peligro. Ramos cabeceó fuera un remate que normalmente va dentro y Bale se encontró con el larguero tras un zurdazo.

El paso por los vestuarios hizo mejorar al Real Madrid que encerró al Celta en su campo. Los gallegos volvieron a mostrar en el césped las carencias que le mantienen en zona de descenso. El VAR permitió a los de Escribá mantenerse vivos en el partido tras anular un gol de Modric por posición antirreglamentaria. La correcta decisión arbitral permitió dar un paso adelante a los blancos en búsqueda de un gol que estaba al caer. Nadie consiguió parar la arrancada desde atrás de Marco Asensio que cedió el balón para que Isco se reivindicase con el gol.

Tras el tanto, Zidane retiró al malagueño dando entrada a Ceballos. El Celta seguía sin aparecer ofensivamente por el Bernabéu. Rubén Blanco mantuvo a los gallegos en el partido gracias a sus intervenciones hasta que Gareth Bale enganchó un disparo ajustado para sentenciar el partido con el segundo tanto. Con estos tres puntos en el reestreno de Zidane, el Madrid mantiene el pulso en la Liga.