Entre dos mujeres llevan la manija de la Agrupación Deportiva el Burgo de Ebro. Hace cinco años que es presidenta María José Calejero y la tesorera Pili Oliván. "Somos las que mandamos y las que cortamos el bacalao. Lo más duro de la labor de presidenta es que hay días que el teléfono quema continuamente", explica Calejero. Pero la dirigente perdonaría todos los inconvenientes si al menos su equipo de Primera Regional, la joya de la corona del Burgo, no hubiera descendido. Aunque el que no se consuela es porque no quiere. "La Liga Autonómica Femenina de fútbol sala la hemos ganado. Tenemos dos equipos de chicas, que para un pueblo pequeño es mucho. Que baje el equipo masculino me fastidia mucho. ¡Pero qué le vamos a hacer!", reconoce.

Hay cosas buenas en el pueblo zaragozano. El buen rollo impera en el club. "Todos me conocen en el equipo como la Pepa. Cuando los partidos terminan en nuestro campo, todo el mundo merienda o almuerza por cuenta del club en el bar. Aquí tenemos unos 90 jugadores y el 70% son de pueblo. El resto son de Fuentes, de Zaragoza, de Osera y Nuez".

El club tiene dos campos de hierba y la casa de la presidenta está arrimada al más grande. Aunque vive en Zaragoza hace muchos años. "Soy de Zaragoza y mi marido del Burgo. Llevo aquí desde los 14 años cuando conocí a mi esposo. Soy funcionaria de la Seguridad Social y estoy en Tesorería".

El Burgo tiene numerosos polígonos industriales y muchos seguidores del Real Madrid. "Me alegro que el Atlético haya ganado la Liga, pero tengo un hijo madridista", dice resignada. El club es muy antiguo. "Antonio Vidal, el anterior presidente, me dijo que entrara como vocal puesto que tenía un trabajo en el que estaba acostumbrada a los papeleos. Después fui secretaria". A Calejero no le gusta figurar. "En los encuentros estoy en mi sitio, al margen. Pero veo y controlo todo lo que pasa", valora.