Al poco de producirse el relevo entre Lucas Alcaraz y Víctor Fernández cayó Álvaro Vázquez. Luego Papu. Y ahora Javi Ros, con un percance de importancia, y Guti, de alcance menor. Las lesiones han sido una constante para el Real Zaragoza esta temporada. Ha habido muchas, demasiadas, varias producto de la mala fortuna y habituales en un deporte con contacto físico y otras ocasionadas por muy diversos factores, algunos no difícilmente subsanables. La derrota contra el Málaga frenó la buena racha de resultados iniciada por el equipo con Víctor Fernández al mando, pero no añadió dudas sobre la idea de juego implantada por el entrenador aragonés.

La hoja de ruta es la misma, aunque las dificultades para cumplirla se multiplican conforme aumenta el número de lesionados, especialmente si los afectados son futbolistas principales. El Real Zaragoza juega hoy en Majadahonda sin Ros, el alma del equipo, ni Guti, el pulmón del medio del campo. Al llegar, Víctor Fernández imploró por que la plaga de lesiones se detuviera. No está siendo escuchado. La idea no cambiará. El equipo, por obligación.