El primer sorprendido fue el bueno de Rubén Xaus, el piloto catalán que milita en el equipo satélite de Ducati en el Mundial de MotoGP, que al llegar ayer a el aeropuerto de El Prat se encontró con mil aficionados que, al reconocerle, vitorearon su nombre. Pero todos ellos, casi todos procedentes de Castellar del Vallés, estaban allí para recibir a Dani Pedrosa, flamante y nuevo campeón del mundo de 250cc y bicampeón más joven de la historia, que apareció minutos después.

Pedrosa, que tras una noche en vela, de fiesta absoluta, durmió cuanto pudo en el vuelo entre Melbourne, Singapur, Londres y Barcelona, se sometió ayer con gusto, no sólo a dos conferencias de prensa consecutivas en El Prat y en su pueblo, sino que sonrió más que nunca en su vida y agradeció, al final con lágrimas en los ojos, la acogida recibida. "Mentiría si dijese que no me esperaba una cosa así. Sé que cuando corro todo el pueblo está pendiente de mí y eso me halaga, me gusta, me empuja y me anima a seguir peleando por hacerlo lo mejor posible, así que sólo puedo dar las gracias con la confianza que todos han depositado en mí", dijo Pedrosa, que se trasladó a Castellar del Vallés en autobús descubierto, seguido de decenas de motoristas que, antes, habían gritado su nombre y la leyenda que él ha puesto de moda: "¡Fuerza y honor!".

SEGUIRA EN 250CC Mientras Alberto Puig, su padre deportivo, reconocía que todo lo que ha conseguido Dani "se debe al don especial que posee, a su tenacidad, inteligencia y esfuerzo", el piloto catalán, de 19 años, confirmaba que todavía no piensa dar el salto a MotoGP "porque me queda mucho por aprender". Eso sí, Pedrosa aseguró sentir un cosquilleo especial por probar, posiblemente el lunes después al GP de Valencia, que se celebrará en Cheste el próximo día 31, la Honda de Sete Gibernau.

Al llegar a Castellar del Vallés, Pedrosa pudo comprobar lo mucho que le quiere la gente. Más de 3.000 personas, las mismas que madrugaron el domingo para verle campeonar , salían a la calle para homenajearle, con la cara pintada de azul y camisetas con emblemas del campeón. El Espai Tolra fue escogido para celebrar el título número 27 del motociclismo español. El 26º también fue obra de Pedrosa.