Hasta hace unos días, Pablo Carral Mosquera no se consideraba un tipo con suerte. En su empresa le habían regalado entradas para ver a España en cuartos de final de la Eurocopa, pero la eliminación lo llevó al Portugal-Inglaterra. Este coruñés sabe aprovechar las ocasiones, y cuando vio pasar el balón del penalti fallado por Beckham, no se lo pensó: "Di un salto, lo agarré con una mano y lo escondí".

Este seguidor del Deportivo capturó así el rebote más importante. Ocultó el esférico bajo una chaqueta y consiguió sacarlo del Estadio de la Luz. Al principio no pensó en venderlo, pero al ver el interés que despertó --un diario inglés le ofreció 18.000 euros-- cambió de idea.

La lotería de los penaltis

La vida no siempre paga las deudas, pero a Carral parece sí. "Mi familia es de Rianxo, donde tocó el gordo de la Lotería, pero no nos llevamos ni un euro. Luego compré lotería del Niño en Gran Canaria, donde cayó el segundo premio, pero tampoco nos tocó nada", explica Carral, incrédulo ante su golpe de fortuna: "Es increíble que el balón llegase a nuestra fila, ya que estábamos muy lejos de la portería". Ahora lo tiene guardado en una caja fuerte.

En Ebay, la famosa casa de subastas por internet, andan totalmente desbordados. "Estamos trabajando aquí y en el extranjero para comprobar la autenticidad de las pujas. No hemos tenido tiempo para otra cosa", explica Inma Solís, responsable de relaciones públicas de Ebay España.

Esto no es extraño, porque el roteiro --que lleva impresas la fecha y el estadio donde se jugaba el partido-- casi triplica la cifra más alta pagada en Ebay. "Hasta ahora el récord lo tenía un jet privado que se vendió en EEUU por 3,6 millones de euros. Nunca antes habíamos manejado estas cifras". Los 130.000 euros de un cuadro de Picasso, la cantidad más alta pagada en España, parecen ridículos ante el objeto de la pifia del galáctico .

La puja se inició el lunes con un euro. El martes ya se habían alcanzado los 20.000 euros. Ayer se desató la locura con los 10 millones de euros que ha ofrecido un alemán. Sobre la fiabilidad de estas cifras, Solís no tiene dudas: "Vamos comprobando cada oferta. Puedo confirmar que hay un comprador por un importe cercano a nueve millones de euros con el que hemos hablado".

Expectación mundial

El 22 de julio se cerrará la subasta y se sabrá dónde irá el balón. Si en los días posteriores al partido Carral apareció en algunos medios locales, las cantidades astronómicas en las que se mueve le han hecho objeto de la prensa mundial. "Tengo que atender a los medios poco a poco, no puedo faltar al trabajo", decía ayer, concentrado en su tarea como comercial y ajeno a su nueva fortuna. Al menos hasta que la próxima semana contacte con el autor de la puja más alta para llevar a cabo el pago. Entonces, su parada tendrá más valor que la mayoría de los fichajes.