La situación en la Liga Endesa apremia y todos los equipos de la zona baja empiezan a moverse para huir de la quema. También el Casademont Zaragoza, que esta temporada lleva permanentemente en el mercado para intentar recomponer una plantilla descompensada desde el principio. Los principales objetivos son reforzar tanto el puesto de base como el juego interior, más aún tras la salida de Konate. El club aragonés trabaja en la llegada de TJ Bray, base con contrato en el Bayern de Múnich, por lo que su incorporación sería en calidad de cedido.

Bray está teniendo muy poco protagonismo en el equipo de Trincheri. No ha jugado todavía esta temporada en la Bundesliga y en la Euroliga promedia 5.51 minutos en 9 jornadas con 0,9 puntos y 0.7 asistencias. El base es estadounidense, por lo que su llegada forzaría al club a buscar una solución al exceso de fichas de extracomunitarios. Actualmente ocupan las dos plazas disponibles para esas licencias DJ Seeley y Jason Thompson, pero está a punto de reaparecer con el equipo Javier Justiz, que supondría la tercera. Si no hay salidas, Sergio Hernández tendrá que descartar a uno de los tres cada partido.

En ese escenario se encuadraba la operación frustrada con el Gran Canaria para cambiar a Jacob Wiley por DJ Seeley. Con ella el Casademont hubiera reforzado el puesto de cuatro tras la salida del decepcionante Konate y hubiera liberado una plaza de extracomunitario. Pero, además de los problemas económicos de la operación, la suspensión del partido que Wiley iba a disputar con Macedonia hace que el jugador no tenga aún la doble nacionalidad y, por tanto, ocupe también plaza de extracomunitario.

Los movimientos del Casademont van encaminados a reforzar básicamente el uno y el cinco, una idea en la que ya trabajaba con Diego Ocampo y que se mantiene con Sergio Hernández. El argentino explicó en una entrevista en Argentina que la plantilla tiene «muy buenos jugadores, de gran calidad» pero también «muchos jugadores parecidos». «En el perímetro todos necesitan jugar la pelota en el piso, no hay un tirador agresivo, un serial killer. Hay muy buenos jugadores pero Seeley, Dylan, los bases, necesitan poner el balón en el piso. El único tirador definido es un cuatro, Benzing. Y luego tenemos gente grande pero que no le puedes dar el balón y que cree sus propios tiros, hay que darles juego, como a Thompson y a Triggvy», analizó el Oveja. El técnico, además, manifestó que el club está «abierto a hacer cambios en el equipo» pero que él era partidario de conocer primero lo que tenía y no andar «cambiando figuritas todo el tiempo».

Los cupos

El club aragonés tiene problemas con las fichas, con el exceso de extracomunitarios y con la necesidad de contar con un cupo que tenga más protagonismo en la plantilla. Por eso el Casademont se ha interesado en los últimos meses por jugadores españoles de peso, primero por un Colom que no estaba dispuesto a renunciar a su contrato en Valencia, y más recientemente por el apartado Javier Beirán, pero el alero no está en el mercado.

La normativa de la Champions obliga a tener cinco jugadores de formación local en el banquillo, regla por la que, con la configuración actual de la plantilla, obliga al Casademont Zaragoza a descartar jugadores que no sean cupo. Así que la entidad aragonesa se ve obligada a reconfigurar la plantilla sobre la marcha para reconducir la situación en la Liga Endesa y no quedarse atrás con respecto al resto de rivales, que también se están moviendo.