El fútbol volvió a brindar ayer un sentido homenaje a las víctimas del terrorismo y especialmente a la gente que perdió la vida en el horrible atentado del pasado 11 de marzo en Madrid, donde murieron 201 personas. Los aficionados que acudieron al estadio Olímpico de Montjuïc, puestos en pie, prorrumpieron en aplausos cuando se anunció por megafonía que se iba a guardar un minuto de silencio, a propuesta de la Federación Española de Fútbol, organizadora de la final de la Copa del Rey, como rechazo a cualquier acto de violencia o de terrorismo. Ninguna de estas cosas pueden tener cabida dentro de una sociedad que ahora más que nunca quiere vivir en paz.

Fue un minuto de silencio breve, pero intenso. Unos pocos profirieron gritos contra algunos conocidos grupos que siembran el terror en España y en otros puntos del mundo, pero la mayoría de la gente guardó con absoluto respeto ese silencio que pide paz y que no desea que vuelvan a morir más inocentes en ningún atentado. Muchos seguidores se olvidaron por un momento del fútbol y miraron hacia el cielo pensando en esas personas que recientemente murieron en la capital de España cuando viajaban en varios trenes de cercanías. Y quizás también se acordaron de todas esas familias que han perdido seres queridos y a las que les va a costar mucho reponerse de lo sucedido en este fatídico día.

Los jugadores del Real Madrid y el Real Zaragoza, como no podía ser de otra manera, también se sumaron a ese homenaje a las víctimas del atentado de Madrid. Cada uno colocado en su sitio en el terreno de juego y sin moverse del mismo tuvo su recuerdo especial para esas personas inocentes a las que unos desalmados les quitaron la vida de la forma más cruel. El objetivo es demostrar a los violentos y a los terroristas que nadie aprueba sus actuaciones.

Todos sensibilizados

Las aficiones de los dos equipos se comportaron ayer de forma correcta y trataron de evitar que hubiera incidentes. Dio la impresión de que todos estaban muy sensabilizados por lo sucedido recientemente en Madrid y apostaron por pasar una jornada lo más tranquila posible. Desterrar cualquier tipo de violencia siempre es positivo. Muchos seguidores, a pesar de ir ataviados con prendas de sus repectivos conjuntos, también guardaron un lugar cerca del corazón para lucir todavía esos lazos negros en memoria y homenaje de las últimas víctimas del terrorismo en España.

Lo que hace falta es que ese deseo de paz expresado en el minuto de silencio guardado ayer en Montjuïc, antes de la final de un torneo de la importancia de la Copa del Rey, sirva para recordar a los violentos y a los terroristas que la gente no quiere pasar por más trances como los vividos en Madrid.