Fueron unos Campeonatos de Europa imborrables. En Múnich el equipo nacional se llevó 15 metales, llegando al cénit. Aquel agosto del 2002 lograban el oro Glory Alozie, Paquillo Fernández, Antonio Jiménez, Marta Domínguez, Alberto García y Chema Martínez. Después llegó la época de vacas flacas. Todos estos atletas a excepción de Martínez estuvieron implicados en casos de dopaje. La Federación miró para otro lado y el atletismo español entró en un profundo agujero negro.

Ese verano el zaragozano Roberto García fue el cuarto de los 5.000 metros. Fue una carrera histórica puesto que ningún aragonés ha superado esa actuación. No lo lograron leyendas como Luis María Garriga, Alberto Esteban, Luisa Larraga, Javier Moracho, Eliseo Martín, María José Poves... Esta tarde a partir de las 16.30 horas Toni Abadía está en disposición de firmar una tarde inolvidable en los 5.000 lisos y superar a todos estos mitos mejorando el cuarto puesto del fondista de Fuendejalón. De conseguirlo, el atleta del Scorpio lograría el soñado metal. "Será una carrera lenta. Todo el mundo marcará a Mo Farah. Toni compite muy bien, puede estar cerca de las medallas y mi cuarto puesto puede peligrar. Me alegraría que me superara. El chaval se lo merece", explica doce años después García.

El mejor año

Ese curso García tenía 26 años y alcanzó su mejor estado de forma. En el invierno ganó la medalla de bronce en el Mundial de cross corto por equipos y la plata en el 5.000 del Nacional. Terminó el año corriendo la Copa del Mundo en Madrid. García nunca olvidará su cuarto puesto de Múnich. "Ese 5.000 fue una carrera un poco perra. Era una tarde fría y lluviosa y no estaba nada cómodo. Fue lenta al principio. Tiró Lasshini, que le hizo la carrera a Sghyr. Después se puso a tirar el holandés Maase. Al falta de 300 metros cambió Alberto, pero se me cruzó Lebed y me pilló a desmano. Yo iba atrancado de músculos y fui cuarto". García terminó roto con, un sabor agridulce. "Es una lástima y es con lo que me quedo. Al final hay que estar contento con lo que la vida te ha dado", indica el extleta zaragozano.

Alberto García arrasó a sus rivales con 13.38,18 y se impuso a Sghyr y Lebid. "El ganador no dijo por qué se mostraba intratable. Es muy injusto, porque los campeonatos que se llevó Alberto los podría haber ganado yo. A los seis meses lo pillaron con EPO. Quizás no estaba muy limpio. Me sentí engañado y frustrado en lo profesional y personal".

En el 2004 disputó los Juegos de Atenas y dos años más tarde el Mundial de Helsinki. "El año anterior a Múnich tuve fractura de estress en la tibia y en el 2006 me rompí el isquio. En el 2008 me lesioné del tendón de Aquiles. Me dijeron que me tendría que operar y decidí retirarme".

Su adiós fue muy joven, con 32 años. Pero está muy contento de todo lo que le ha sucedido en la vida. "Ya viví mi época. La transición del deporte al trabajo fue muy buena y ahora estoy en Adidas". Pero tiene un reto pendiente. "El año que viene quiero correr con mi hermano Carlos un maratón. Llegaremos aunque sea cojos. Nos gustaría ir a Boston", concluye.