Siete días, cuatro partidos y Roger Federer y Rafael Nadal avanzan en su camino sobre la hierba de Wimbledon sin problemas. Ninguno ha perdido un set todavía. El campeón y defensor del título se deshizo ayer del francés Adrien Mannarino (6-0, 7-5, 6-4) y el número 1 acabó rápidamente con el checo Jiri Vesely (6-3, 6-3, 6-4). El choque de trenes está aún lejos, pero viéndoles moverse sobre la pista y escuchando el golpe nítido de la bola con la raqueta deberán estar muy finos sus rivales para impedir la repetición de la final del 2008.

Ayer se se probaba Nadal ante un rival cuya mejor arma era su poderoso saque (llevaba 47 aces en el torneo). Era vital cazar el break pronto, tal y como se ha propuesto este año para evitar sorpresas como la del pasado. Y para eso Nadal defendió cada resto sobre la línea de fondo, ni un metro atrás, para buscar la rotura con potentes golpes ante un Vesely (93 mundial) que en los intercambios bajaba mucho su nivel. En el primer set cumplió su objetivo. Hizo el break pronto (3-1), suficiente para ganarlo en 30 minutos. Repitió sistema en el segundo. Rotura en el quinto juego (3-2) y segundo set en la bolsa.

En el tercero tuvo ese despiste que no quiere. Vesely le rompió el saque tras una hora y media de partido (2-3). «He estado errático, he bajado un poco la intensidad y cuando eso pasa es peligroso, todo se complica», dijo. Por suerte y también por errores del checo lo recuperó enseguida. No hubo más despiestes. Después de 1 hora y 53 minutos volvía a estar en los cuartos de fina de Wimbledon. La última vez fue en el 2011 y llegó a la final que cayó ante Djokovic. «Me hace feliz estar en cuartos, pero no vamos a hacer historias de eso, mi objetivo no es éste, aunque pienso en el día a día, si juego estos torneos es para llegar a rondas avanzadas», destacó. Su proximo rival saldá del duelo entre Del Potro y Gilles Simon, que tuvo que ser suspendido ayer por falta de luz con ventaja del argentino (7-6 (1), 7-6 (5) y 5-7).

Federer también tiene sus objetivos muy claros en Wimbledon. El campeón defiende título y aspira a la novena corona. De momento lleva un buen ritmo. Ayer sumó 32 sets seguidos sin perder (el último lo cedió en el 2016 ante Raonic). No solo eso sumó también 81 saques seguidos sin recibir un break (el último fue Berdych en las semifinales del año pasado). En los tres partidos anteriores nadie le había hechó un punto de break. Ayer Mannarino se fue con el premio de haberlo conseguido (en el sexto juego del primer set), aunque, eso sí, sin poder evitar un 6-0 en 16 minutos. Después Roger Federer rebajó la intensidad y permitió al francés salir de la pista sin sentirse humillado.