En el deporte, tan importante es ganar como saber perder y Rafael Nadal no es de los que disfrazan las derrotas. Tras caer este domingo ante Novak Djokovic en la final del Abierto de Miami por un doble 6-3 en apenas una hora y 23 minutos, el número 1 del mundo ha reconocido la superioridad del serbio, que ha conquistado su cuarto título en Cayo Vizcaíno. "No voy a buscar pequeñas excusas, la justificación es que ha sido mejor que yo y tengo que trabajar para estar a la altura y exigirle más en el futuro", ha afirmado.

En opinión de Nadal, para ganar a su rival, en especial en superficie dura, hay que estar al "100 % físicamente, emocionalmente y tenísticamente", y este domingo no ha sido su caso. Cuando no consigue "rozar" esa perfección es casi imposible vencerle, ha recalcado, especialmente cuando el número dos despliega un juego tan "brillante". "No me he movido tan bien como me suelo mover", ha añadido el español, que también ha reconocido que mientras que él ha estado "lento" y "sin chispa", Djokovic se ha mostrados "muy sólido" y en momentos claves del partido "no ha fallado nada".

Esta es la cuarta vez que se le escapa el Abierto de Miami --uno de los pocos torneos de la categoría Masters 1.000 que se le resiste, junto a Shanghái y París (indoor)--, pero lejos de desmoronarse el manacorense ha subrayado que está siendo un "gran inicio de año" y que espera estar al 100 % para intentar dar lo mejor de si mismo en la temporada de tierra, que comienza en Montecarlo.

Por su parte, Djokovic ha detallado que ha sentido "una gran confianza todo el partido", aunque no por eso se ha confiado. "Sabía que no podía perder la concentración un solo segundo, porque si le das oportunidad a Nadal va a tomarla y a regresar al partido, ha dicho el serbio, que ha añadido que "siempre es un gran desafío jugar contra el español". "No puedo pedir mejor inicio de temporada", ha apostillado, tras sus triunfos en los Masters 1.000 de Miami e Indian Wells.