Partido sin historia, donde el Oliver fue muy superior a un Quinto que, al verse desbordado por el buen juego local, perdió las formas y entró en un rosario de protestas y malos modos hacia el colegiado, lo que provocó que acabaran el encuentro con tan sólo ocho jugadores.

En la primera parte, el control del juego correspondió siempre al Oliver, que marcó dos goles en apenas once minutos y tuvo clarísimas ocasiones para haber sentenciado el choque. En los últimos minutos de este periodo, los azulgrana bajaron un poco la intensidad.

En la reanudación, el Quinto acortó distancias gracias a un penalti que transformó Brian, pero eso no fue óbice para que los de Chema López siguieran con las riendas del encuentro. Las ocasiones de gol se sucedían, lo mismo que los malos modos de los visitantes. Eso provocó que los locales anotaran dos tantos más y que el Quinto se quedara con ocho jugadores sobre el campo, lo que deslució el choque y permitió que perdiera todo su interés.