En el ciclismo no hay secretos cuando una estrella se queda sola ante el peligro. Camuflado en la clandestinidad del pelotón se pueden esconder las penumbras pero no cuando se está afrontando un ascenso o luchando en solitario contra la resistencia del cronómetro. Ya hace días que Simon Yates es un libro abierto; el ciclista que ataca, el que controla y hasta el único que parece pasárselo en grande en un Giro que, salvo accidente o calamidad inesperada, ganará el próximo domingo en Roma.

No hay quien pueda con este joven británico de 25 años. Y ese quién no es otro que Tom Dumoulin, lejos de la fortaleza que exhibió hace un año. La maglia rosa conserva 56 segundos sobre el último campeón de la ronda italiana después de la crono, que venció Rohan Dennis ante Tony Martin (a 14 segundos) y el propio Dumoulin (a 22).