Después de cuatro semanas en el baquillo del Roma, de sólo cuatro semanas, el alemán Rudy Völler anunció su dimisión "por no haber podido gestionar al equipo", tras una dura derrota (3-1) contra el Bolonia. Una reacción similar a la que tuvo, hace una semana, José Antonio Camacho, extécnico ya del Real Madrid.

A Völler, ídolo de la afición del Roma en su etapa de jugador, le encomendaron la misión de reactivar a un equipo del que se esperaba que luchara por el scudetto con la Juventus, el Inter y el Milan. Nadie parecía reparar en las marchas de Samuel, al Real Madrid, y de Emerson y Zebina, que acompañaron al extécnico Fabio Capello a la Juventus. O en las consecuencias de la dimisión del entrenador Cesare Prandelli por la grave enfermedad de su mujer.

En cuatro semanas el entrenador alemán no ha sabido unir todas las piezas del rompecabezas romanista. En cuatro encuentros, los recién llegados Mexes y Ferrari se han mostrado muy vulnerables y Totti, el ídolo del Olímpico, no ha asumido el mando del equipo. Tampoco el joven Cassano, que ha chocado con la estricta disciplina de un Völler que no le ha perdonado sus caprichos de niño prodigio.

Los mensajes

Además, Capello y Totti se mandaban mensajes a través de las televisión sobre su comportamiento durante los cinco años de lo que había perecido una relación idílica. Capello aconsejaba a los nuevos talentos de Roma seguir el ejemplo de jugadores como Emerson, y el capitán acusaba al nuevo entrenador de la Juventus de no haber estado nunca al lado del equipo. Incluso la prensa italiana especuló con una presunta "juerga nocturna" de los jugadores antes de un partido.

Tanta tensión se agravó con una moneda lanzada en el estadio Olímpico de Roma --mientras el equipo de Völler perdía 0-1 con los ucranianos del Dimano Kiev-- que impactó en la frente del árbitro sueco Frisk. El incidente acabó con la pérdida del partido y la obligación de jugar los próximos encuentros a puerta cerrada.

La crisis estalló definitivamente el sábado, tras la derrota ante un Bolonia (3-1) que jugó casi todo el segundo tiempo con 9 jugadores."Parecía que estaban en un partido de entrenamiento", comentó Völler. El alemán añadió que sintió "verguenza" viendo jugar a su equipo.

"Yo estoy acostumbrado a llevar cualquier equipo a mi manera, pero después del encuentro entendí que no era la idóneo", afirmó ayer el entrenador alemán en la rueda de prensa en la que anunció su despedida. "Puedo ayudar más al Roma marchándome que siguiendo en el equipo", añadió. Ezio Sella, ayudante de Völler, asume ahora la dirección técnica, aunque se intentará seducir al exseleccionador italiano Arrigo Sacchi para que coja las riendas del rival de mañana del Madrid en la Liga de Campeones.

El Inter tampoco acaba de estabilizarse. Y Edgar Davids no funciona en el equipo de Roberto Mancini, que ayer sólo pudo empatar en su campo con el Parma.