La dramática situación vivida el pasdo domingo en El Toralín de Ponferrada con el paro cardiaco sufrido por el colegiado David Pérez Alleres, que continúa muy grave en un hospital de León, ha hecho que el mundo del fútbol centre su atención en las condiciones de salud en las que comparecen los deportistas y en los medios de los que se dispone para actuar en situaciones de crisis. "Lo que le ocurrió a Pérez Alleres fue una desgracia, pero algo inevitable porque, precisamente él, había superado unos exámenes médicos quince días antes", explica Luis Duro, presidente del Comité Técnico de Arbitros de Aragón, añadiendo que se trata de una posibilidad a la que todo el mundo está expuesto.

Los árbitros aragoneses deben someterse cada dos años a un examen médico que, ahora, incluye también un electrocardiograma. "En los últimos años se ha mejorado bastante, los reconocimientos son bastante completos", dice Miguel Cortés. Sin embargo, Mensuro Miguel considera que éstos no son realmente exhaustivos hasta alcanzar categorías nacionales. "El reconocimiento y el seguimiento médico deberían estar de acuerdo con el esfuerzo y la exigencia de cada categoría", explica Mensuro, añadiendo que sólo a partir de Segunda A se incluye una prueba de esfuerzo, una analítica y la medición del nivel de grasa en los músculos.

También en este campo los árbitros se sienten algo desprotegidos. "En la mayoría de los casos, cuando tenemos una lesión acudimos a fisioterapeutas particulares", reconoce Aitor Mensuro. Pero quizá el mayor problema no sea la prevención, sino la nula capacidad de reacción que existe en un caso realmente grave. "Lo más importante es que exista coordinación entre todas las partes y que, ocurra lo que ocurra, haya siempre una persona que sepa lo que hay que hacer", recomienda Luis Duro.

La presencia de la Cruz Roja o de cualquier tipo de servicio médico no es obligatorio hasta categorías nacionales y la mayoría de los clubs no están preparados por falta de medios. La solución a este problema, que afecta por igual a colegiados y jugadores, parece complicada y lenta, pero el Comité Técnico de Arbitros está trabajando para tener un mayor control sobre la salud de sus colegiados. Dentro de poco, el comité contará con un médico propio que dispondrá de todos los datos médicos de los árbitros, obtenidos de aparatos propios para la medición del esfuerzo y de un cardiógrafo, próxima incorporación de los árbitros aragoneses.