Mientras la curiosa forma que tuvo Luis Aragonés de motivar a Reyes ("eres mejor que el negro de mierda", le dijo en alusión a su compañero Henry, del Arsenal) provoca reacciones de indignación en todo el mundo, los jugadores de la selección se extrañan de la desproporcionada respuesta, matan al mensajero y proponen como solución entrenamientos a puerta cerrada. Lo hizo ayer Míchel Salgado, y lo suscribieron Puyol y Joaquín. El seleccionador, por su parte, volvió a pedir perdón a quien se haya sentido ofendido, que han sido muchos, sobre todo en Inglaterra.

"Traspasa la línea del racismo", se escribía ayer en The Mirror, al tiempo que The Sun hablaba de "ataque nauseabundo". Desde el Arsenal, Pires, compañero de Henry y Reyes, reclamó una dura sanción y se indignó con las justificaciones posteriores. "Lo que dijo no es nada divertido", dijo el francés.

Aragonés dijo tener la conciencia tranquila pero volvió a disculparse. Subrayó, no obstante, que el código no escrito del fútbol es especial. "La gente del fútbol sabe en qué tono se dicen estas cosas en un entrenamiento. Yo, a veces, llego a decir tacos contra mi propia madre, lo que no significa nada", declaró el seleccionador antes de anunciar que no volverá a referirse al tema.

Además, ayer Aragonés puso a Xavi y Joaquín en el posible equipo que jugará mañana contra Bélgica y llamó a Pablo (Atlético) para sustituir a Juanito.