La Piscina de Bomberos se prepara para la guerra. El dominio del agua está en juego y el próximo sábado, a las 18.00 horas, se libra la primera batalla por su posesión. Después de tres dolientes y abultadas derrotas contra equipos más fuertes y experimentados en la División de Honor, las chicas de la Escuela de Waterpolo comienzan su verdadera Liga y reciben, por fin, a un rival a su medida, con el que luchar por los puntos decisivos en busca de la permanencia en la máxima categoría: el GEiEG de Gerona. Las zaragozanas ocupan la última plaza de la clasificación, sin estrenarse como vencedoras. Las catalanas tampoco han ganado ningún partido, pero ocupan la penúltima plaza gracias a su mayor capacidad goleadora: el GEiEG ha marcado 20 tantos y la Escuela sólo ha sido capaz de anotar 8.

"Tenemos que ganar por lo civil o por lo penal", bromea el técnico aragonés, Francisco Orizo. "Una victoria nos daría el 40 % de la salvación; perder, nos aboca a promocionar. No es un partido decisivo, pero si el resultado es malo, el futuro se complica", reconoce el preparador. En sus planes ya entraba perder los encuentros ante Moscardó, Mediterrani y Ondarreta, aunque quizá no por tanta diferencia (9-4, 2-12 y 11-2). "La adaptación a la categoría es lenta. Tenemos miedo a tirar a puerta y fallar. Si jugamos con miedo a perder, al final acabamos perdiendo", opina Orizo. A la racha negativa en el marcador han contribuido decisivamente los problemas sufridos por las dos boyas del grupo: Raquel Gómez se recupera de un latoso esguince de tobillo y Arantxa Lizaga ha atravesado un delicado momento personal que le ha impedido rendir como en ella es habitual. "Pronto tiene que llegar una época buena. Sólo nos hace falta una victoria para coger alas", explica Orizo.

Como la Escuela, el rival del próximo sábado tampoco ha reforzado su plantilla para afrontar la nueva temporada en División de Honor. Es un equipo que presume de potencial físico, busca el contacto, explota al máximo sus posibilidades en el contraataque y exhibe su enorme peligro con los lanzamientos desde el exterior. "Debemos poner en práctica una defensa fuerte y mostrarnos como un auténtico bloque en ataque", señala Orizo como claves del encuentro. El año pasado, en los enfrentamientos de Primera División, el equipo aragonés cayó 8-7 en su visita a la piscina gerundense y empató a 9 en la de Bomberos. Sus gradas, acostumbradas al sufrimiento esta temporada, se abarrotarán para contemplar el soñado primer triunfo.