Un gol de Willian José en el descuento, en una falta directa con colaboración estrecha del meta José Juan, salvó un punto para el Zaragoza en el Ángel Carro en un duelo frente al Lugo muy marcado por la lluvia y el agua en el césped y en el que el equipo zaragocista obtuvo un premio a su esfuerzo, además de la ratificación de su pegada, que le hace necesitar muy poco para marcar. Fue un encuentro donde el equipo aragonés vivió cerca de la victoria durante 70 minutos, con un gol mal anulado a Eldin que sumar al acierto de Borja, ya que contuvo bien a un rival que dominó el balón, y que pasó a estar al borde de la derrota por su flojera final y por la mala gestión de los cambios.

El empate, que deja al Zaragoza a dos puntos de la promoción, hizo en todo caso justicia a un equipo que compitió bien, que se adaptó mejor al campo encharcado en algunas zonas, algo que perjudicó a la apuesta por el balón del Lugo, y que tuvo que soportar errores arbitrales bastante claros, como ese gol mal anulado porque el balón proviene de un jugador del Lugo o la inexistente falta de Mario que propició el libre directo con el que David López rompió la racha de imbatibilidad de Whalley, que se quedó en 295 minutos sin encajar. Ayer recibió tres, en los que poco pudo hacer, y firmó paradas de mérito, sobre todo dos en la primera parte.

El partido fue intenso y midió a dos buenos equipos de apuestas distintas. El agua le añadió épica y el cómputo global dejó claro que el Zaragoza de Víctor progresa, que compite bien y que sobre todo tiene en Borja a un ariete con la baba de gol y con el complemento de Willian José, que estrenó su cuenta tras mucho buscarlo. Con esa pegada y con el buen funcionamiento defensivo hasta los últimos 20 minutos, salvo en el carril de Rico, donde Iriome superó en demasía al burgalés, el Zaragoza mostró hechuras y mimbres. Le falta fútbol y le sobran garra e intensidad, porque solo con un buen partido en esas facetas se obtiene un resultado positivo en un duelo con un buen Lugo, que tuvo en David López a su mejor arma.

MAL ARBITRAJE

El choque no tardó en mostrar las cartas de ambos contendientes. El Zaragoza cedió campo y balón al Lugo, que ni en un terreno con tanta agua renuncia a salir con el balón jugado, sello indudable de Quique Setién. Iriome fue el primer agitador rival, sobre todo en un disparo que se marchó fuera, pero el Zaragoza no necesitó ni media ocasión para marcar. Un pase largo de Ruiz de Galarreta lo frenó el agua y Borja Bastón estuvo más listo y rápido que Borja Gómez, que hizo un penalti de libro que el delantero madrileño convirtió en diana.

El tanto afianzó la sobriedad zaragocista, pero Medié Jiménez comenzó su festival. Transformó una inexistente falta de Mario a Iago Díaz en el gol del empate, con una ejecución magistral de David López y con la barrera demasiado lejos del lanzador, otra concesión del colegiado, que ya rozó el esperpento cuando le ayudó su asistente. Un envío hacia atrás de David López que recibió Eldin para marcar de perfecta vaselina ante José Juan lo convirtió en un irreal fuera de juego ante el enfado justificado de Víctor Muñoz, que se marchó expulsado por protestar.

El Zaragoza se repuso ante tanta adversidad arbitral, otra buena señal, y mantuvo el tipo, aunque a eso ayudó Whalley con una soberbia parada en un buen intento de vaselina de David López. Willian José, que estaba aportando soluciones y brega en ataque, rozó el gol en un disparo a la media vuelta y, sobre todo, en una falta que él se cocinó y que ejecutó para que el balón pegara en el palo, en el portero y en la cruceta. Borja, donde otros se duermen, se encargó de que el balón traspasara la portería.

CAMBIOS VITALES

Con otra parada de Whalley en un cabezazo de Pita acabó el primer tiempo y el segundo recogió las mismas constantes. El balón era del Lugo, pero el Zaragoza respondía con sobriedad e intensidad, con un Rubén cada vez más asentado en el eje. Así,el peligro era sobre todo zaragocista, pero Borja y Eldin no pudieron acabar bien dos contragolpes. Con todo, el equipo transmitía buenas sensaciones, muy junto y sin dejar que el Lugo generase mucho peligro pese a dominar el esférico.

Sin embargo, los cambios de ambos entrenadores dibujaron otro escenario, letal para el Zaragoza. Setién mejoró al Lugo con la entrada de Ferreiro, de Aganzo y de Luis Fernández y Víctor decidió apostar por Lolo en lugar de por Vallejo con la lesión de Mario, cuyo adiós fue letal para descomponer el eje, y mantuvo en el campo a jugadores muy desgastados, como Galarreta o Willian José, lo que trajo el bajón del equipo. Así, un buen pase de Ferreiro a la espalda de Dorca y Fernández acabó en David López, que completó su gran partido con otro gol y Luis Fernández le ganó la partida a Lolo para firmar lo que parecía la victoria.

No lo fue porque Willian José, que llevaba 20 minutos fundido tras un desgaste enorme, convirtió en gol una falta en la frontal para que el punto supiera a gloria a un Zaragoza que pudo ganar y que estuvo muy cerca de perder. Se quedó en un término medio y en la certeza de que, con dudas y sombras, progresa y compite. El empate en Lugo fue un premio y un buen ejemplo.