En ese viejo cuaderno está escrito el futuro de Holanda en el Mundial. Un bloc de notas que atesora los conocimientos del veterano técnico, que ha dejado su sello y muchos títulos allí por donde ha pasado: en el Ajax, Barça, Bayern, incluso en el modesto AZ y, a partir de agosto, se le espera con ansia en Old Trafford. Pero antes Van Gaal quiere cerrar su ciclo particular con la nueva naranja mecánica, el único semifinalista de los cuatro que no puede presumir de ningún título mundial. Tiene tres subcampeonatos (1974, 1978 y 2010), pero le falta una corona que ha merecido con creces.

Puede que esta vez, con Maracaná aguardando en la final, haya llegado el momento de que el fútbol haga justicia a un equipo que siempre ha respetado el balón. Holanda llega motivada a la semifinal ante Argentina y con Robben enorme. El delantero del Bayern es, junto a Van Persie, Kuyt y Sneijder, los únicos supervivientes de la final de Sudáfrica 2010 que se midieron a Costa Rica.