No ha negado ni una sola vez que su corazón pertenece al Real Zaragoza. Pese a haber nacido en Bilbao (se trasladó a Zaragoza a los 4 años) y ser de familia vasca, y del Athletic, Ander Herrera se ha convertido en una de las banderas del zaragocismo militante. Hace ya tres años que fue vendido por Agapito Iglesias (en esa operación en la que el soriano utilizó uno de los cheques que recibió para autocomprarse una finca), pero se ha mantenido fiel a sus colores. Imparable en el crecimiento, siempre con los pies en el suelo, en Bilbao no solo mejoró individualmente sino que hizo mejor a su equipo, pese a esa insoportable sensación de ser siempre más reconocido fuera de San Mamés.

Esa evolución lo llevó a la agenda de los grandes equipos. Lo fichó el pasado verano uno de ellos, el Manchester United, donde andan frotándose los ojos con el entusiasmo que pone en el juego, su inteligencia en la cancha y su disciplina en los entrenamientos. Ya ha enamorado a Van Gaal, que lo ha puesto de titular en los cinco partidos disputados en EEUU. En el primero, ante Los Angeles Galaxy, fue nombrado MVP del partido tras repartir dos asistencias y participar en otros tres goles. Ayer, en la final jugada en la madrugada española, levantó su primer título tras ganar al Liverpool (3-1).

Su juego

En medio no ha dejado ni una sola duda sobre su juego. Instalado en el mediocentro junto a Fletcher, en esa suerte de 3-4-1-2 vangaaliana que da libertad a Mata para imaginar por detrás de los dos delanteros (a elegir entre Rooney, Van Persie, Welbeck, Chicharito...), está contribuyendo a mejorar en cuatro días el juego de circulación del United, mostrándose siempre en la ayuda, dando salidas al equipo e incluso participando en la presión y el robo. Solo hay que leer las palabras que dijo Fletcher, el compañero más veterano del equipo, sobre él: "Es un futbolista realmente talentoso. Tiene gran entusiasmo y energía en el medio campo. Siempre quiere la pelota, e invariablemente busca hacer que las cosas sucedan. Su entusiasmo es contagioso, ya se nos ha pegado en la piel a varios de nosotros. Quiere aprender, escuchar, sigue bien las instrucciones y fuera de la cancha es un buen muchacho. Se ha adaptado bien, y no solamente a los otros hispanohablantes. Pienso que va a ser un fantástico jugador".

Se ve claro, se puede leer y escuchar, su crecimiento invariable. Su zaragocismo también. Lo reflejó una vez más en manutd.com, donde explicó que el Zaragoza es el equipo que lleva en el corazón. "Hay grandes equipos, como la selección española, el Manchester United, el Real Madrid o el Barcelona, pero mi equipo desde pequeño fue el Real Zaragoza. Yo nunca he sido de otro equipo". Para la campaña de abonados y su lema ('Sí, soy del Real Zaragoza') les hubiera venido que ni pintado.