Se repite la historia. El Zaragoza dejó muchos deberes para el final --hasta seis operaciones entre entradas y salidas-- y solo pudo traer a Cristian Sapunaru, por una temporada, para el lateral derecho, dejando sin cubrir las otras dos vacantes que reclamaba Jiménez, un central y un mediocentro. Se quedó sin el central que esperaba, pese a que estuvo cerca de culminarse la cesión del senegalés del Oporto Abdoulaye Ba. Y se cayó la opción del mediocentro porque el Zaragoza, con su maltrecha economía, no podía asumir las peticiones del representante de Bolatti, pese a que el acuerdo con Internacional de Porto Alegre estaba hecho en la práctica desde hace días. También fue imposible traer a su alternativa, el también argentino Damante.

Hasta última hora estuvo el club, con Fernando Molinos y Agapito Iglesias en las oficinas, intentando cerrar las incorporaciones que pedía Jiménez, informado de todo en el hotel de concentración del equipo. El técnico no tiene motivos para estar satisfecho, aunque valore el esfuerzo del club, que ha firmado un total de 12 jugadores en este verano. Al menos, el Zaragoza pudo cubrir el puesto que más hacía falta, el lateral derecho.

UNA TEMPORADA Y Cristian Sapunaru, que arribara mañana a la capital aragonesa, era uno de los jugadores más deseados por Jiménez. "Lo conozco desde mi etapa de entrenador del Sevilla", decía ayer mismo antes de que se culminara un fichaje para el lateral derecho, donde el objetivo prioritario fue demasiado tiempo Pablo Álvarez (Catania), un reconocido por el técnico ayer error de cálculo.

Quedó abierta la vía de Sapunaru y esta semana el Zaragoza empezó a agilizarlo tras rechazar el rumano una primera oferta de 600.000 euros. El Zaragoza la subió a 700.000 para el futbolista, que ya veía cumplidas sus expectativas. Al final, el Oporto, como se esperaba, le dio la carta de libertad, aunque el fichaje corrió peligro por la mañana. Firma por una temporada y el Oporto se reserva un porcentaje de su traspaso si éste se diera en enero. El jugador, que llega tras no tener oportunidades en el club luso, puede jugar en el lateral y también desenvolverse como central, ya que es un jugador de notables prestaciones defensivas.

BA Y FONTÁS El mismo intermediario que ha logrado que Jiménez viera cumplido su deseo de contar con Sapunaru puso a tiro a mitad de tarde a Abdoulaye Ba, central de 21 años de Oporto, que no ocupaba plaza de comunitario en virtud del Acuerdo de Cotonou. Con casi dos metros de altura y con una buena temporada en el Académica de Coimbra, las referencias eran buenas, también por su contundencia en el eje, y la operación cuadraba: solo había que pagar la mitad de su ficha --500.000 euros--. Sin embargo, el deseo de Oporto de incluir una cláusula para recuperar al jugador en enero paralizó la operación y cuando se reanudó ya no quedaba tiempo para hacerla.

La opción del azulgrana Fontás para el eje quedó descartada a media tarde tras hablar ambos clubs --después tomaría fuerza la de Abdoulaye Ba--. El Zaragoza solo estaba dispuesto a asumir un porcentaje mínimo de su ficha--en torno al 15%-- y pidió, según el jugador, una opción de compra que el Barça no quería. "El Barcelona y el jugador hicieron todo lo posible para que Fontás fuera allí, pero el Zaragoza no hizo todo lo necesario", relató Iván Corretja, su agente. De otros anhelos, como Squillaci (Arsenal) o Dorado (Betis), ya se sabía que eran imposibles desde hace varios días.

LAS COMISIONES Y BOLATTI Para reforzar el mediocentro, la apuesta que más fuerza tenía era la de Mario Ariel Bolatti, pero el problema que arrastró en los últimos días la operación se mantuvo igual ayer, pese a que el club aragonés era optimista. El Internacional de Porto Alegre quería ceder al jugador argentino, que era y es su quinto extranjero, y estaba dispuesto a compartir la mitad de la ficha del futbolista, que asciende a 400.000 euros netos. Sin embargo, el agente del centrocampista internacional quería un porcentaje mayor en sus comisiones y eso descuadraba la operación del todo. Por ese motivo, el Zaragoza tanteó en los últimos días, la opción del también argentino Damante, pero el Nacional, en una reunión en la madrugada del viernes dejó claro que no estaba dispuesto a dejarle salir porque la cláusula que lo permitía por 300.000 euros había expirado el 25 de agosto.

23 JUGADORES Al final, el Zaragoza, que en principio no tiene previsto acudir al mercado de los jugadores en paro, salvo alguna oportunidad irrechazable, se queda con 23 jugadores en plantilla, aunque entre ellos hay tres porteros y Doblas no cuenta con opciones de jugar. A esos hay que añadirles a Ortí y Víctor Rodríguez, ambos con ficha del filial, pero que tendrán muchas oportunidades con el primer equipo. Lanzaro sigue y será una alternativa secundaria en el eje y la ausencia final del fichaje para el mediocentro defensivo deja a José Mari, que llegó en julio para reforzar el filial, como primera opción de Jiménez para ese puesto y con Pinter y Zuculini como alternativas.