"Huracán supuso el lanzamiento de Cúper; Lanús, la confirmación; Mallorca, el salto a Europa, y Valencia fue el mayor éxito". Así desgrana Eduardo Basigalup su andadura con el actual técnico del equipo balear. Se reencontrarán este domingo en La Romareda, aunque en distintos banquillos, después de que su relación se interrumpiera en el primer año en Mestalla. "Hubo diferencias insalvables y mucho desgaste. Desde entonces, y ya han pasado cinco años, no volvimos a hablar", aclara el preparador de porteros del Zaragoza.

Tampoco está garantizado que lo hagan en el Municipal. "Si me lo encuentro, ya veré qué hago, si le saludo o no", contesta lacónicamente. Esa ruptura finalizó un periodo de amistad y colaboración de 20 años, iniciado en Ferrocarril Oeste en 1981. De esa cantera salió Héctor Cúper un central "sobrio, seguro, sin defectos y con mucho carácter", describe Basigalup, que llegó a la portería de Ferro y se mantuvo como titular hasta 1985. "Fue una muy buena época. Logramos dos títulos".

Sus caminos se separaron entonces. Basigalup tomó rumbo a Colombia y Cúper hacia Huracán, equipo en el que coincidirían al final de sus carreras deportivas. "Me retiré un año antes que él, pero empezamos juntos el curso de entrenadores, que en Argentina dura dos años. Antes de que terminara ya le llamó Huracán para contratarlo", relata.

Cúper no pensó en un primer momento en él como segundo, pero la economía del club le obligó a ello. Comenzó entonces (1993) una sociedad fructífera. Rozaron el título en Huracán, donde estuvieron dos años, y lanzaron a Lanús (otros dos años), con el que también se quedaron a las puertas de la gloria, una constante en la carrera de Cúper.

Llegó después el Mallorca (1997), donde Cúper alcanzó la cima de su popularidad. "Allí es un ídolo, más que en cualquier otro sitio, y por eso lo han fichado otra vez".

En esos dos años, el club balear fue subcampeón de Copa y de la Recopa, además de tercero y cuarto en la Liga. Casi nada, aunque "más difícil fue lo del Valencia, con el que llegó dos veces a la final de la Champions". Allí se separaron. Cúper se marchó al Inter, donde siguió quedándose a las puertas de la gloria, y Basigalup trabajó en el Levante para después, el pasado verano, llegar al Zaragoza.

"Es un técnico duro, frío y firme, pero sobre todo muy metódico. Mantiene una cierta distancia siempre con los jugadores y no maneja cotas de simpatía muy altas, pero saca mucho rendimiento a sus futbolistas", explica Basigalup, al que un problema familiar le tiene entre Barcelona y Zaragoza en los dos últimos meses. No duda, en todo caso, que Cúper podrá enderezar el torcido rumbo que lleva el Mallorca: "No lo va a tener fácil, pero estoy convencido de que logrará que sigan en Primera".