Frank Sinclair, Keith Gillispie y Paul Dickow, futbolistas del Leicester, equipo de la Premier League de Inglaterra, ingresaron ayer en la prisión de Sangomera (Murcia) como presuntos autores de un delito de agresión sexual a tres mujeres en el Hotel Hyatt Regency de Los Belones (Cartagena), cerca de La Manga. Las denunciantes, con pasaporte británico y originarias de Kenia y Malawi, aseguran que hasta nueve jugadores del equipo irrumpieron en su habitación la madrugada del domingo, donde fueron golpeadas y violadas.

Otros dos jugadores, Matt Elliot (Escocia, 1971) y Lilian Nalis (Francia, 1971), salieron ayer en libertad sin fianza, mientras que al otro futbolista que aún continuaba arrestado, James Scowcroft (Inglaterra, 1975), le fue impuesta una fianza de 20.000 euros (3.300.000 pesetas). El secretario del juzgado dijo, al dar a conocer el auto de la titular del juzgado número 3 de Cartagena, que los tres jugadores que han quedado libres tendrán que dar cuentas de cargos de allanamiento de morada y omisión del deber de socorro en la vista oral. Hasta entonces, podrán volver al Reino Unido, pero deberán comparecer dos veces al mes ante el consulado español más cercano al lugar donde estén.

FIESTA EN LA DISCOTECA Los seis detenidos han pasado dos días en los calabozos de la comisaría de Cartagena y ayer volvieron a declarar ante la juez, al igual que las tres denunciantes, que aún permanecen en España. Los investigadores tratan de averiguar detalles sobre la procedencia de las jóvenes y el motivo de su visita a España, así como los detalles de la relación que mantuvieron con los futbolistas antes de la presunta agresión. Ayer se supo que en las horas previas a los hechos, los jugadores asistieron a una fiesta en la discoteca Spike, dentro del complejo del Hyatt, donde conversaron y bailaron con las tres denunciantes. Los futbolistas han declarado que se trataba de "prostitutas de lujo que sólo buscaban sacar dinero".

Tras el auto de prisión, Sinclair, Gillispie y Dickow fueron trasladados al depósito de los juzgados, y posteriormente conducidos en un coche celular a la prisión de Sangonera, donde permanecerán a la espera de juicio. Fuentes carcelarias indicaron ayer que los tres jugadores permanecen aislados del resto de los reclusos para evitar agresiones. Sin embargo, la noticia de su llegada corrió como la pólvora entre los presos y los futbolistas fueron recibidos con insultos y abucheos. Tim Davis, gerente del club, dijo ayer en la puerta de los juzgados: "Todos los jugadores han proclamado enérgicamente su inocencia". Paul Mace, portavoz del Leicester, mandó un mensaje de esperanza a los encarcelados: "Estamos moviendo cielo y tierra para que vuelvan a sus casas lo antes posible. Confiamos en la justicia española y también en la inocencia de nuestros hombres".

Los jugadores del Leicester realizaban un stage de temporada en el citado hotel Hyatt. En el mismo hotel estaban alojadas, con una reserva de un fin de semana, las tres denunciantes, indicó su abogada, Encarnación Gómez. Gómez también explicó que sus defendidas presentaron la denuncia en el aeropuerto de Alicante, porque tenían intención de viajar a Alemania, aunque la policía las convenció de la importancia de que declararan e identificaran a los presuntos agresores durante la apertura de diligencias.

Las mujeres, al presentar la denuncia, aseguraron que recibieron una paliza de parte de algunos de los jugadores del Leicester que entraron en su habitación sin haber sido invitados. Aportaron varias pruebas de las agresiones, como unas bragas manchadas de sangre y una pulsera de uno de los presuntos agresores, además de un parte de lesiones que fueron confirmadas por el equipo forense del juzgado de Cartagena.