"Son unas pruebas para conocer a los jugadores y adaptar los entrenamientos a las capacidades y las características de cada uno de ello", aseguraba ayer por la mañana Víctor Muñoz tras haber sometido a los componentes de la plantilla del Real Zaragoza al denominado test de carrera de ida y vuelta course navette . Esta prueba sirve para determinar la capacidad aeróbica de cada deportista, es decir, su resistencia aeróbica o, dicho de otro modo, la resistencia que tiene y también el periodo de recuperación después de realizar un ejercicio de mucha intensidad. El test se desarrolla sobre una distancia de 20 metros con carreras de ida y vuelta indicando claramente los extremos donde se debe volver.

Extracciones de sangre

La velocidad de la prueba se controla a través de algún aparato sonoro. Víctor Muñoz y Manuel Lapuente, su preparador físico, utilizaron un radiocassette que curiosamente contenía una grabación en catalán. El ritmo de la carrera va aumentado paulatinamente cada minuto y los jugadores deben ajustarse el mayor tiempo posible al ritmo que se les indica a través de la señal sonora. La carrera se interrumpe en el momento que el deportista no es capaz de seguir el ritmo que se le impone o cuando considera que ya no va a poder llegar a uno de los extremos fijados.

El técnico zaragocista prefirió distribuir a los componentes de su plantilla en cuatro grupos para poder hacer mejor el test de course navette . Después de un calentamiento dirigido por Raúl Longhi, segundo entrenador del equipo, cada grupo hizo un primer recorrido de ocho minutos, a un ritmo bastante suave, sobre el trazado marcado para la prueba. Todos los futbolistas corrieron con pulsómetro. A continuación cada jugador fue sometido a una extracción de sangre en el lóbulo de una de sus orejas para analizar luego principalmente su producción de ácido láctico en la sangre tras el esfuerzo realizado. Esta práctica se repitió tras la segunda fase del ejercicio, que fue más dura que la anterior y en la que no se fijó un tiempo de antemano. Cada uno debía aguantar lo que pudiera.

Ferrón fue el mejor

Jordi Ferrón, que rozó el nivel 15 (calificado como excelente) fijado en la grabación utilizada para llevar el control de la prueba, fue el mejor de los 23 jugadores que realizaron el test. Ferrón estuvo acompañado en su grupo, tercero que hizo la prueba, por Cani, Vellisca, Generelo y Alvaro. En la primera tanda corrieron Movilla, que hizo el registro más destacado de esta serie, David Pirri, Valbuena, Drulic, Pablo, Rubén Falcón y Jesús Muñoz. Del segundo grupo el mejor fue Dani, que tuvo a su lado a Juanele, Leo Ponzio, Iñaki, Delio Toledo y Capi, defensa del Zaragoza B. Y en el cuarto grupo, donde se impuso Corona, con Yordi muy cerca de él, también estuvieron Cuartero, Milito, Soriano y Galletti.

El test de course navette es una prueba muy exigente y por este motivo no pudieron realizarla David Villa, César Láinez, Savio y Jorge Zaparaín, todos ellos con molestias físicas. Tampoco participó en la sesión Miguel Rebosio, que estaba concentrado con la selección de Perú para el partido luego disputaría contra España, en el estadio Olímpico de Montjuïc.

La jornada matinal de trabajo fue muy intensa y Víctor trató en todo momento de que sus jugadores permanecierán activos. Además de la citada prueba estuvieron también realizando ejercicios en el gimnasio de la Ciudad Deportiva y acabaron la sesión haciendo un poco de balón. Luego, por la tarde, hubo otra sesión técnica.