Al Valencia le han sobrado dos jornadas. El equipo de Benítez es, desde ayer, tras ganar en Sevilla (0-2), el nuevo campeón de Liga destronando al Madrid de los galácticos . Es el Valencia la prueba de que al éxito se puede llegar desde muchas vías, alguna de ellas anónimas. Pero mientras los grandes se derrumbaban el sábado, el Madrid en casa ante el Mallorca y el Bar§a en Vigo, el Valencia liquidó el domingo la Liga con grandeza, dejando sin argumentos a sus enemigos.

Suyo es el título porque nadie se lo mereció tanto como él. Además, el Valencia se ha librado de una etiqueta de segundón que arrastró tras perder consecutivamente dos finales de la Liga de Campeones. En el último lustro, el club ha logrado encaramarse a la elite, se ha convertido en un equipo de leyenda al conquistar dos Ligas en tres años, siguiendo la senda perdida desde la década de los 40 cuando lograron tres títulos (1942, 1944 y 1947). Ahora, puede hacer aún más historia si gana en Gotemburgo la Copa de la UEFA el próximo 19 de mayo. Si derrota al Olympique de Marsella, el Valencia completará un año único.

Guiado, además, por un tipo que no tenía ningún glamour, ni siquiera un nombre en el mundo del fútbol. Era Rafa Benítez un simple jornalero de los banquillos hasta que recaló en Mestalla. No es un técnico moderno ni disponía tampoco de un brillante palmarés como jugador. Pero desde ayer, ha patentado un modelo para el éxito: made in Benítez . Una fórmula sencilla que ha llevado al Valencia a la cima del éxito conquistando dos Ligas en tres años, acabando con el mito de los galácticos y enseñando el camino a todos aquellos (Bar§a y Deportivo) que quieran algún día destronarlo.

LA HUMILDAD El dinero no lo es todo. Ayuda, pero no garantiza títulos. A Benítez, el dueño de la patente, le han sobrado incluso dos semanas. "Es el triunfo del trabajo y de la humildad. El dinero no lo es todo", gritó ayer David Albelda, el capitán del Valencia, desde el césped del Sánchez Pizjuán. "Ha sido algo maravilloso. Es un momento histórico para el club", explicó el presidente Jaime Ortí, con lágrimas resbalando por su rostro. No podía ni hablar. "Es la página más brillante del Valencia. Ojalá que dure muchos años", dijo el técnico, emocionado por el éxito.

Toda Valencia lloraba. Hasta jugadores que parecen insensibles se derrumbaron nada más acabar el partido de Sevilla. Ayala, uno de los grandes colosos del nuevo campeón, lloró como un niño. "Ha sido un año muy duro, me tengo que desahogar", dijo el argentino intentando disculparse. No le hacía falta. El Valencia se ha sostenido siempre sobre ese hombre, pretendido por Madrid y Chelsea, que nunca ha flaqueado. A través de la fortaleza de Ayala, la tranquilidad de Cañizares en la portería y la jerarquía de Albelda, el capitán, Benítez ha construido un grupo de guerreros que se tomaron la Liga como un desafío. Y han triunfado. En las últimas 10 jornadas con un esprint descomunal, el Valencia le ha recortado 15 puntos al Madrid.

También es cierto que Benítez no lo ha tenido fácil. Hace casi un año el técnico estaba peleado con Suso García Pitarch, director deportivo, porque pidió unos fichajes que no le trajeron. Con apenas ocho millones de euros invertidos este año en fichajes (1.331 millones de pesetas) ha ganado la Liga. Ahora, todos ensalzan a Benítez y hablan de convertirse en el mejor equipo del mundo. De momento, lo son de España.