No es ninguna novedad que dentro de un vestuario se conocen la vida y milagros del colegiado que pita ese fin de semana. La situación, sin embargo, se ha enrarecido tanto en las últimas semanas para el Real Zaragoza que Víctor Muñoz descubrió ayer que sus hombres cuentan con un completo informe de quién es Lizondo Cortés. "Según están las cosas es verdad que los miras (a los árbitros) con más precaución. Nosotros sabemos detalles y sus características. Esa información la tienen ya los jugadores", explicó el entrenador aragonés.

Sin pretensiones de alto espionaje, el preparador ha recogido la forma de actuar de Lizondo Cortés. Quiere que los futbolistas se centren mañana en el Albacete, pero también pretende que no caigan en el error de obviar la personalidad del colegiado y el peso que tienen sus decisiones. "Después de lo que ocurrió en San Mamés, hablamos de un mayor control de la agresividad en situaciones de tensión. Contra el Sevilla, la actitud fue bien distinta pese a la injusta expulsión y el penalti de Toledo", comentó el técnico, quien, en absoluto, descarga de la responsabilidad del momento a su plantilla. "Sabemos que hemos fallado. Pese a jugar bien los últimos cuatro partidos, no hemos ganado".

En el Carlos Belmonte, frente a u rival directo, hay que ganar. Asusta la empresa. "Vamos con la presión lógica porque sabemos que es un partido fundamental, vital, la primera de las cuatro finales que nos restan. Nos queda menos espacio y menos tiempo, y el miedo puede aumentar si no ganamos. Pese a todo, para ellos también existe una gran presión", subrayó Víctor.

El técnico elogió al Albacete en general, y pidió "inteligencia" a a sus jugadores en un cita trascendental. "Hay unión y optimismo en el equipo", dijo.