Desde hace ya varios años, los expertos hablan de transformar el modelo económico hacia la economía circular. Instituciones, organismos y empresas parecen haber adoptado esta senda sin visos de dar pasos hacia atrás, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de economía circular?

Aunque el nombre es bastante simbólico, se trata de un proceso en relación con la sostenibilidad basado en la minimización del uso de recursos naturales y energéticos sustituyéndolos por los recursos derivados de subproductos y de residuos generados, además de las emisiones derivadas de los procesos de producción y del propio consumo de bienes y servicios.

Para poner en marcha la economía circular se deben llevar a cabo acciones como la reutilización de productos en desuso y la valorización de residuos, alargando en lo posible el ciclo de vida de los productos, y mejorar la eficiencia de los procesos y usos, facilitando la innovación y la circularidad de la economía y la competitividad empresarial, social y ambiental. De igual modo, este proceso contribuye a una economía diversificada y eficiente ante la escasez de recursos (materias primas, agua, energía) y ante los efectos derivados del cambio climático.

Aragón mantiene un firme compromiso con el desafío de transformar su economía hacia un modelo circular. Prueba de ello, por ejemplo, es la estrategia Aragón Circular, en la que el Gobierno de Aragón ha trabajado en los últimos años con diferentes planes y estrategias sectoriales que de forma intrínseca ya contenían los principios. Sin embargo, es ahora cuando toca articular y promover la instalación de los nuevos modelos tanto en el ámbito público como en el privado.

Los objetivos que recoge la estrategia son claros: reforzar la capacidad de innovación y de adaptación de la sociedad aragonesa, desde la corresponsabilidad, a los grandes desafíos económicos y sociales para los próximos años. Por ello, Aragón Circular tratará de incentivar la actividad económica y la generación de empleo en economía circular, potenciar este sector circular como uno de los estratégicos y como elemento dinamizador y tractor del desarrollo económico y social de la comunidad autónoma, promover el emprendimiento en los nuevos nichos de actividad, reconocer y poner en valor a las empresas líderes en la transición al nuevo modelo económico y fomentar la especialización en el sector.

Principios circulares

Los principios de la estrategia Aragón Circular, los pilares sobre los que ha asentado su base, son ocho puntos que pretenden trasladar a la ciudadanía la relevancia de la economía circular para alcanzar un modelo más sostenible como sociedad. Esta primera pieza básica, la comunicación, deberá concienciar e informar de las buenas prácticas, ofrecer compromisos y ser un ejemplo de transparencia y participación. Y para alcanzar los compromisos del proyecto, las instituciones deberán elaborar, evaluar y hacer cumplir el plan de seguimiento, la Declaración Aragón Circular y los objetivos de desarrollo sostenible. Además, el Gobierno de Aragón tendrá que impulsar la transición a la economía circular apoyando su implantación y facilitando incentivos y reconocimiento a las entidades que avancen y ejerzan de fuerza tractora del resto del tejido económico aragonés.

Asimismo, por la casuística del modelo, la economía circular creará nuevos nichos de emprendimiento y empleo para los que hay que crear el entorno necesario para facilitar su inicio y consolidación, aunque los empleados y profesionales deberán formarse y obtener cualificaciones sólidas en entidades bien preparadas para enseñar.

Por último, este proyecto se desarrolla en Aragón de forma transversal en coordinación, cooperación y en coherencia con el resto de planes, programas y estrategias que se encuentran en desarrollo con el horizonte 2030 tanto en ámbitos sectoriales como la gestión de residuos, agricultura y ganadería, ciencia e innovación, salud, educación, industria, comercio o energía.