La mayoría de aerolíneas han aplicado recargos en los billetes para compensar la subida del petróleo. Los recargos, que suponen apenas un alza entre el 3% y el 5% o un mínimo de 3,50 euros (582 pesetas) por trayecto, se aplican a pesar de que en gran parte de los casos, el combustible significan en torno al 16% de los costes totales. Las compañías tienen seguros que cubren entre el 50% y el 80% del carburante que sobrepasa un precio previamente pactado.

Las alzas se acordaron a mediados de mayo, cuando el crudo Brent se situó en 37 dólares. La IATA, que agrupa a la mayoría de compañías del mundo, estima que a partir de 36 dólares el sector perderá 2.440 millones de euros (405.981 millones de pesetas). Las previsiones para el 2004 eran de unos beneficios de 2.440 millones de euros, pero con el crudo a 30 dólares.

Los costes y la competencia de las aerolíneas de tarifas bajas han acelerado los planes de la IATA que acordó en su asamblea que concluyó ayer en Singapur que todos los billetes que se emitan en el 2007 sean electrónicos. Ello ahorrará 2.400 millones de euros a las compañías.

Iberia es de las pocas compañías tradicionales que no ha anunciado subidas por el alza del crudo, si bien admite que "el sistema de tarifas está vivo" y cambia en cada momento, según un portavoz. En todo caso, sí que ha subido sus tarifas para los turoperadores de paquetes turísticos, con recargo de tres euros para destinos en la Península y Baleares; de cuatro euros, para Canarias; de cinco para el resto de Europa, y de 18 euros para la larga distancia. Air Europa y Spanair también subieron tarifas entre el 3% y el 5% y el 3% y el 6%, respectivamente.

La alemana Lufthansa subirá los billetes de larga distancia, en una media del 3% a partir del 1 de julio, según Reuters. El gigante formado por Air France y la holandesa KLM también impuso un recargo de tres euros y cuatro euros. Ryanair y Easyjet no encarecerán sus billetes.