La Comisión Europea (CE) autorizó ayer la compra del Abbey National --el sexto banco británico-- por parte del Santander Central Hispano, mientras que el británico Halifax Bank of Scotland (HBOS) reconocía, a las siete de la mañana, que no iba a presentar una contraoferta. Emilio Botín, presidente del banco, lanzó el mayor suspiro de alivio de su vida.

Con un comunicado de cinco líneas, la CE autorizó la compra porque "la adquisición no plantea problemas desde el punto de vista de la competencia, puesto que en la actualidad, las dos entidades desarrollan su actividad fundamentalmente en países diferentes".

La Comisión hizo este comunicado dos días antes de que venciera el plazo para dar su aprobación. Algo debían intuir en el Banco Santander, puesto que ayer, a las 8 de la mañana, la plana mayor de la entidad, encabezada por Botín y su consejero delegado, Alfredo Sáenz, se enfrentaba a 250 analistas, convocados en el auditorio londinense de Lehman Brothers, en Fleet Street. Botín, que abrió y cerró el acto, estaba exultante.

Aunque hasta 10 días antes de que se celebre la junta de Abbey (el 14 de octubre), cualquier banco puede presentar contraoferta, el banquero cántabro ya da por hecho que se ha librado de tener que aumentar la oferta de 13.400 millones de euros, presentada el 26 de julio.

Al tiempo que se informaba a los analistas ingleses, el banco enviaba un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), donde explicaba el calendario. El día 17, enviará el folleto de información completo a los accionistas; la junta de Abbey se celebrará el 14 de octubre; y la del Santander, el 21. Se espera que la adquisición finalice el 12 de noviembre.

Primero Botín, después Alfredo Sáenz, y posteriormente Juan Rodríguez Inciarte (responsable de Europa), seguidos de Francisco Luzón (director general para América Latina), Ana P. Botín (presidenta de Banesto), Antonio Horta-Osorio (Portugal) y Gabriel Jaramillo (Brasil), entre otros, explicaron a los analistas de la city londinense casi todo sobre el Grupo Santander, y por qué el banco ha duplicado los ingresos que obtendrá en Abbey.

En una presentación similar, celebrada el 26 de julio pasado, el banco dijo que Abbey generaría 560 millones de beneficios a finales de 2007, de los que 450 provendrían del ahorro de costes y los otros 110 de ingresos por actividad. Ayer, el equipo de Botín elevó la cifra por actividad de 110 a 220 millones. El banquero cree que la red está poco explotada.

ESPECIALIDAD En cuanto a los costes, una especialidad de Botín, Santander espera ahorrar 150 millones durante el primer año, 300 millones en el segundo año y 450 en el tercero. Y para ello ya ha identificado 28 iniciativas que se pondrán en marchar a lo largo de 2005 y 2006.

Para sorpresa de los ejecutivos españoles, los expertos británicos no les preguntaron ni por las causas pendientes del presidente del Santander ante la justicia española (cesiones de crédito y jubilaciones de Amusátegui y Corcóstegui), ni por la renuncia de HBOS.

Interesó, sobre todo, la gestión futura de Abbey, que a corto plazo seguirá pilotado por el actual equipo ejecutivo. Pero Botín busca ya un experto bancario británico. Todas las filiales del banco en Brasil, Portugal, etcétera, cuentan con ejecutivos del país donde operan.

IRONIA Botín también respondió a los analistas que "las plusvalías que obtengamos por Abbey las usaremos en fortalecer la base de capital y en aprovechar las oportunidades que surjan". Este comentario, unido a su irónica despedida de los analistas --"hasta la próxima adquisición", dijo-- dieron pie a especulaciones que, de momento, sólo son eso.