Los organizaciones empresariales cargaron ayer duramente contra los sindicatos mayoritarios por su posición en el diálogo social, que consideran que no se ajusta a la realidad del mercado laboral. Además de restar valor a las «escasas» movilizaciones llevadas a cabo por UGT y CCOO el pasado martes ante las sedes de las patronales, reprocharon a las centrales la «contradicción» de que exijan una subida salarial base del 3% en el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) al tiempo que aplican en los convenios internos de sus trabajadores incrementos inferiores (del 1,8% y el 1,9%, respectivamente) y también en los que firman en empresas y sectores, en los que el alza media es del 1,56% en lo que va del 2018.

Los empresarios reaccionaron así a la amenaza de huelga lanzada por los sindicatos si no suben los salarios. Lo hicieron con motivo de la asamblea general ordinaria de CEOE Aragón celebrada en la sede de esta organización, un acto que contó con la participación del presidente Javier Lambán y del líder nacional de Cepyme, José Antonio Garamendi.

Este último destacó la baja participación de las manifestaciones sindicales de esta semana, que «son parte de un rito que no tienen mucho sentido», apuntó. Criticó que «se convocarán los pitos» ante de la reunión celebrada el lunes con los empresarios. Para el también vicepresidente de la CEOE, que participa en la mesa de diálogo de la AENC, este acuerdo de negociación colectiva «es una recomendación». Subrayó además que el 60% de los 5.000 convenios sectoriales y de empresa que hay en España ya han sido pactados con los sindicatos.

«Claro que estamos a favor de que los salarios suban, pero no es un tema homogéneo. Queremos hablar de la gente que no está en la rueda, como mujeres o jóvenes, que son los que tienen los peores contratos», defendió. Garamendi consideró asimismo que «el modelo de relaciones laborales, nos guste o no, va a cambiar» y que las organizaciones empresariales son «los progresistas» en esta materia porque «estamos viendo cuales son nuestros errores y nos preparamos para el futuro» frente a la posición «conservadora» de los sindicatos «que no quieren cambiar».

En la misma línea, Callizo, reprochó la falta de autocrítica de los sindicatos y definió sus recientes protestas como «una escenificación más propia del siglo XIX que de ahora». «Cualquier negociación hay que adaptarla a las circunstancias actuales», recalcó, ya que «hemos salido de una crisis muy profunda pero por una puerta distinta», lo que exige «seguir avanzando en muchas cuestiones que hay que adaptar». Por ello, pidió a UGT y CCOO que hagan «planteamientos distintos».

La última oferta empresarial contempla una subida salarial de entre el 0,5% y el 2%, con alguna décima adicional en función de productividad o absentismo, lo que, según Callizo, está «muy por encima» de la propuesta del año pasado y de lo que se está firmando en los convenios del 2018.