El Ministerio de Economía tiene gran fe en una de sus medidas estrellas para este año: la ley aprobada que facilitará la refinanciación y reestructuración de empresas con negocios viables pero una deuda impagable. "Deseablemente tendrá que haber miles de acuerdos", aseguran fuentes del departamento que dirige Luis de Guindos.

El endeudamiento de las empresas españolas se multiplicó por tres con la llegada del euro, hasta alcanzar un volumen equivalente al 145% del PIB. Desde el 2010 ha caído hasta el 130%, pero aún está lejos del 97% de media de la OCDE. "Hay que intentar converger; calcúlese cuánto necesitamos desapalancarnos", apuntan las fuentes: unos 330.000 millones.

Según una previsión prudente de Economía, la nueva ley permitirá reducir lo que deben las empresas en unos 130.000 millones, aunque desde una perspectiva más optimista podría ser hasta el doble. Solo en empresas que facturan más de 100 millones al año, hay 350 compañías que podrían beneficiarse, con un volumen de deuda conjunto de 100.000 millones.

En el Ministerio explican que los despachos de abogados y los servicios jurídicos de bancos y empresas están ahora estudiando en profundidad la ley. Sus efectos, añaden, se dejarán sentir a partir de abril, tras la Semana Santa. "El grueso de los acuerdos se producirá hasta final de año, también el año que viene, y luego menos por la mejora de la economía", auguran.

El inicio del proceso está en manos del Banco de España. Tiene hasta el 9 de abril para determinar en qué casos la deuda que quede tras la refinanciación podrá pasar de ser considerada de dudoso cobro o riesgo de impago a normal, permitiendo así a los bancos recuperar parte de las provisiones que tenían reservadas para asumir pérdidas.

Economía cree posible que el supervisor no apure el plazo y afirma que dará unos criterios "claros y homogéneos" para que las entidades sepan a qué atenerse. Desde el sector financiero no las tienen todas consigo y están a la espera de ver las directrices del organismo.