El secretario general de CCOO, José María Fidalgo, hizo gala de una buena dosis de escepticismo a la hora de valorar las propuestas del nuevo Gobierno y desgranó una larga lista de "humildes recordatorios" que debería tener en cuenta el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, cuando inicie su programa de reformas.

La mañana inaugural del 8º Congreso Confederal de Comisiones Obreras terminó con un largo discurso del actual líder del sindicato. Tras incidir en el momento excepcional que está viendo España y el mundo, Fidalgo mostró sus recelos al manifestar que "ojalá nuestros nuevos gobernantes no pierdan el contacto con la sociedad y utilicen el poder con honestidad y responsabilidad, ojalá prioricen la demandas de quienes tienen en ellos sus únicos valedores, ojalá respondan a la gran expectativa que han generado".

El líder de CCOO continuó reafirmando la necesidad de una transformación de las estructuras productivas para atajar el problema de la competitividad cuya única alternativa es mejorar la inversión en capital humano, en formación, investigación y desarrollo.

Fidalgo sorprendió con la advertencia de que el cometido del sindicato es canalizar el conflicto social y que "no renuncia a defender el estado de derecho en el convenio colectivo y en el ejercicio de la huelga".

El apoyo los acuerdos que ha firmado CCOO con el Gobierno del PP dió paso a un extraño recordatorio de Fidalgo: "hemos atravesado etapas de fuerte confrontación con gobiernos de izquierdas y otros de diálogo fructífero con gobierno de derechas. No pediremos que todo se pacte con nosotros pero queremos que algunas experiencias se tengan en cuenta antes de proceder a reformas porque no somos partidarios de reincidir en errores".

El líder de CCOO enumeró diez "ejemplos" de lo que el nuevo Gobierno no debe hacer: desde generalizar los incentivos a la contratación fija como anunció Caldera, hasta reformas que sólo modifican contratos, pasando por los vetos a la sindicación de las fuerzas de Seguridad.