La consejera delegada de General Motors (GM), Mary Barra, se ha enfrentado este martes a una complicada audiencia ante el Congreso de EEUU en la que ha prometido que el gigante del motor investigará a fondo y asumirá responsabilidades por haber ignorado durante una década defectos en sus vehículos que podrían haber causado 13 muertes.

Según un informe interno de la compañía facilitado a la comisión del Congreso que investiga los hechos, la dirección de General Motors decidió en el 2005 no cambiar una pieza defectuosa del sistema de arranque relacionada con los accidentes mortales porque habría incrementado en un dólar el coste de fabricación de cada coche. La agencia Reuters ha tenido acceso a una serie de correos electrónicos del 2005 de ingenieros de la empresa en la que debatían si cambiar o no la pieza. El cambio habría supuesto un coste extra de 90 céntimos por unidad.

"La GM de hoy en día"

Barra, que solo lleva dos meses y medio al frente de la compañía pero ha trabajado para GM durante prácticamente toda su vida laboral, ha calificado de "muy perturbador" el hecho de rechazar un cambio por el incremento de costes. "No es la manera en que hacemos negocios en la nueva GM", ha dicho. La directiva ha afirmado desconocer por qué no se llamó a revisión a los modelos que usaban una pieza defectuosa del sistema de arranque hasta comienzos de este año, pese a que el problema se identificó entre los años 2001 y 2004. "Tan pronto como conocimos el problema, actuamos sin dudarlo", ha dicho Barra, que ha insistido en que la "GM de hoy en día" hará lo necesario para corregir "los errores del pasado". Según ha explicado, estaba al corriente del defecto a finales del pasado enero, poco antes de que se iniciaran las llamadas a revisión, que afectan por el momento a casi 2,6 millones de turismos.

Un muelle defectuoso del tambor de arranque podía provocar el cierre del circuito eléctrico, apagar el motor, bloquear la dirección asistida y, en su punto más grave, evitar la activación del airbag en una colisión. Al menos 32 accidentes y 13 muertes han sido vinculados a la pieza defectuosa, que desencadenaba una serie de fallos que en determinados casos tornaban en mortal siniestros que no deberían haber tenido consecuencias tan graves.

Intento de ocultación

Los congresistas han intentado aclarar si GM quiso ocultar o minimizar el problema mecánico desde el 2005 con la connivencia del regulador de seguridad en carretera estadounidense (NHTSA), que examinó el problema en el 2007 y en el 2010, pero decidió no tomar medidas.

"Hace más de una década GM se embarcó en un programa de utilitarios... no puedo decirles por qué llevó años que se anunciara un defecto de seguridad en ese programa, pero les puedo asegurar que lo averiguaremos", ha replicado Barra. La ejecutiva de 52 años ha apuntado que el Departamento de Justicia de EEUU tiene libertad total para investigar a la compañía y llegar "hasta donde los hechos le lleven, independientemente del resultado". Sin embargo, Barra se ha escudado en que la investigación interna de la compañía está llevándose a cabo y que no puede dar prematuramente información detallada sobre los problemas o responsables de la falta de acción.

Millones de vehículos a revisión

En lo que va de año, GM ha llamado a revisar millones de vehículos que podrían tener un sistema de arranque defectuoso en los modelos Chevrolet Cobalt, HHR; Saturn Ion, Sky, y Pontiac G5 y Solstice fabricados entre el 2004 y el 2010.

GM recibió más de un centenar de quejas sobre problemas que llevaban a que los vehículos se apagaran en plena marcha e incluso ingenieros de la compañía llegaron a identificar la pieza defectuosa. En el 2007, la multinacional comenzó a sustituir discretamente la pieza defectuosa por otra que fijaba con más fuerza el tambor de arranque, lo que según algunos congresistas prueba los intentos de ocultar el problema.

Los peores años de GM

Un investigador contratado por la familia de una de las víctimas descubrió en el 2012 que el sistema que activa el motor a través de la llave en un modelo afectado era ligeramente diferente, pese a lo cual la modificación se había ocultado bajo el mismo número de identificación de la pieza.

Barra ha afirmado que esa práctica es "inaceptable", pero ha reiterado conocer a los responsables o si la cultura empresarial previa a la bancarrota del 2009, que reestructuró al gigante de Detroit, fue responsable de un intento de ocultación. Debido al proceso de suspensión de pagos del 2009, GM está libre de responsabilidades por accidentes previos a la suspensión de pagos y a la reestructuración, pero Barra ha asegurado que considera que "GM tiene responsabilidades legales y civiles" por lo ocurrido.

La supuesta ocultación de los defectos se llevó a cabo durante los peores años de GM, debido a las constantes pérdidas que llevaron al que fuera el primer fabricante mundial de automóviles a declarar la suspensión de pagos en el 2009, y a embarcarse en los últimos años en una reforma y un lavado de cara para volver al beneficio.