El Gobierno lanzó ayer diferentes mensajes para pacificar el conflicto desatado alrededor de los astilleros públicos Izar y los planes de la SEPI sobre su viabilidad. El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo un llamamiento a la calma de los trabajadores. En idéntico sentido se expresó la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega al reclamar "confianza" en la negociación e insistir en que ningún trabajador quedará "abandonado a su suerte".

Mientras los mensajes oficiales intentaban atemperar los ánimos, la jornada estuvo salpicada de protestas. La localidad gaditana de San Fernando vivió ayer la manifestación más multitudinaria de su historia para defender la permanencia de los astilleros. Más de 10.000 personas, según la policía local, recorrieron un kilómetro y medio al grito de "Bazán no se cierra, Bazán somos todos", lema de la manifestación.

La Calle Real se quedó pequeña para acoger a los trabajadores llegados desde las otras tres localidades andaluzas con astilleros, Puerto Real, Cádiz y Sevilla, para unirse a la protesta pacífica y rechazar el plan de viabilidad presentado por la SEPI.

Las protestas de la mañana fueron más conflictivas. Los trabajadores de Izar Sevilla protagonizaron un duro enfrentamiento con la policía tras cortar el puente del Quinto Centenario y la ronda de circunvalación SE-30 durante 30 minutos.

El corte de tráfico finalizó con una carga policial que se saldó con 22 trabajadores y 3 agentes con heridas leves. El presidente del comité de empresa, Ignacio Sánchez, consideró la intervención policial "bestial y desmedida". "Venían preparados y nos han disparado a bocajarro --dijo--, a un metro de distancia, con pelotas de goma y porras, en una zona sin escapatoria". En Gijón, unos 200 trabajadores se manifestaron por el centro de la ciudad.