La negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en Ibercaja ha llegado a una fase más que delicada. Ayer, la dirección del banco planteó rebajar a 549 las bajas laborales frente a las 686 iniciales (el 20% menos), aunque los sindicatos (UGT, CCOO, CGT, Asipa, ACI y Csica) desconfían de la oferta, ya que está sujeta a múltiples variables. Durante la reunión de ayer, Ibercaja también entregó a los sindicatos su primera propuesta para aplicar el ERE y cerrar 160 oficinas en toda España.

Según los datos a los que ha tenido acceso este diario, la entidad plantea reducir la plantilla en Aragón en 210 personas (110 por cierre de oficinas y 95 por mejora de la eficiencia), es decir, el 13,1% del total. Eso sí, siempre con el escenario de 686 bajas. El mayor recorte se produce en la dirección territorial de Extremadura, con 145 salidas (el 37,3% del total), seguida de Castilla y León (86 bajas, el 25,4% de la plantilla) y Rioja y Guadalajara (el 13,3% y 65 salidas). El arco mediterráneo, con el 2% (12 extinciones) y Madrid, con el 1,3% (14 bajas) son las direcciones territoriales menos afectadas. Además, en servicios centrales y apoyo a la red, el excedente que señala Ibercaja es de 148 trabajadores.

«RIGOR Y CONTENCIÓN» / Pero el actual no será un ERE cualquiera, ya que las condiciones que plantea la entidad son inferiores a las de anteriores ajustes. «La situación económica negativa exige rigor y contención en el coste de las indemnizaciones derivadas de las extinciones de contratos», recalca el banco.

En esta oferta inicial, Ibercaja plantea bajas voluntarias con una indemnización del 70% del salario fijo neto anual para los empleados que tengan cumplidos 58 años o más a 31 de diciembre del 2017 y no hayan alcanzado los 63 años cuando se extinga su contrato. En esta situación, según los cálculos sindicales, hay unas 250 personas. De ello se deduce que más de 430 trabajadores causarán baja de forma forzosa, a no ser que Ibercaja reduzca a 57 años la edad para las salidas voluntarias. Para el resto, contempla 30 días de indemnización por año con un tope de 18 meses.

El criterio que seguirá Ibercaja para reducir la plantilla, según la primera propuesta, será el siguiente: cuando en cada área territorial, servicio territorial u oficinas centrales no se alcance, con bajas voluntarias, el 80% del excedente calculado por la entidad se aplicará la aplicación forzosa del ERE hasta alcanzar dicho 80%. De ello se deduce que el banco planteó ayer reducir un 20% las bajas del ERE.

TEMOR A LOS TRASLADOS / Mientras, Ibercaja tiene previsto cerrar 55 oficinas en Aragón, 33 en Extremadura, 30 en La Rioja y Guadalajara, 16 en la zona del Mediterráneo, 15 en Castilla y León y 12 en Madrid. Estas clausuras abren la caja de pandora de los traslados, contra los que los sindicatos se han mostrado muy beligerantes. El banco recoge en este apartado que para «minimizar el impacto en el volumen de empleo podrá trasladar a trabajadores que en otro caso estarían afectados por el despido». En estos casos, Ibercaja plantea una indemnización de 2.000 euros (más 0.19 euros por día de trabajo y kilómetro durante un máximo de dos años) para quienes se desplacen entre 50 y 100 kilómetros. La cuantía asciende a 15.000 euros para distancias de 100 a 250 kilómetros y de 20.000 euros para desplazamientos superiores a 250 kilómetros. La representante de UGT, Victoria Camarena, sostiene al respecto que «más de 1.000 empleados (incluidos traslados) pueden verse afectados por el ERE» de la entidad.

RETIRADA DEL ERE / Ante este escenario, las organizaciones sindicales advirtieron ayer que pedirán la retirada inmediata del ERE al considerarlo «injustificado» y anuncian un conflicto laboral «grave» si la entidad no corrige su planteamiento. El choque de trenes se produce porque Ibercaja necesita reducir costes para ganar eficiencia y despejar el horizonte de cara a una futura salida a bolsa, pero los sindicatos no quieren que ello suponga aplicar el «peor ERE» en la historia de la entidad, lo que incluye despidos traumáticos.

Toda esta batería de medidas ha enfurecido a los sindicatos, que mantienen la unidad de acción y no descartan ya hablar de posibles movilizaciones en próximas semanas. Por lo pronto, han acordado establecer contactos con los partidos políticos, con el presidente del Gobierno aragonés y con la entidad fundadora para recabar su apoyo.

Desde CCOO, Miguel Ángel Villalba fue contundente al asegurar que las indemnizaciones que plantea Ibercaja son «míseras» en comparación con las aplicadas en entidades que han sido rescatadas. Respecto a los traslados, tachó de «ridículas» las cantidades que quiere aplicar la entidad. «No vamos a permitir esta barbaridad», aseguró.

La próxima reunión entre Ibercaja y los sindicatos será el día 25. Si en dicho encuentro no se producen avances, advierten los sindicatos, se celebrarán asambleas de trabajadores para plantear movilizaciones.