José Manuel Penella (Alberuela de Tubo, Huesca, 1962) fue reelegido el domingo secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), organización con más de 5.000 afiliados y donde cuenta con una dilatada trayectoria. Es productor de forrajes, cereales y hortalizas.

--¿Qué supone para usted repetir en el cargo?

--Representar a la mayor organización agraria de Aragón es una ilusión para alguien como yo, afiliado de siempre. Es un lujazo, ya no aspiro a más en la vida.

--¿Con qué adjetivo resumiría los últimos cuatro años al frente de UAGA?

--Es difícil elegir uno. El trabajo sindical tiene momentos difíciles y momentos buenos de satisfacciones. Ha sido un trabajo sindical muy intenso pero también a nivel de relaciones institucionales, con otros representantes y colectivos de la sociedad civil, donde he podido ver que UAGA es muy reconocida y se le tiene respeto. Ha sido una sorpresa muy grata. Tenemos una gran herramienta y debemos potenciarla en las negociaciones para llegar a las administraciones. Pero debemos reivindicar todo el medio rural, no solo lo que tiene que ver con la agricultura y la ganadería, sino también luchar contra los recortes en sanidad y educación, porque vivimos en los pueblos y tenemos que ir a las escuelas y a los médicos. En cuanto a las políticas agrarias, saber que estás cargado de razones y que a veces los logros sindicales son tan mínimos te llega a frustrar. Me ha pasado con la reforma de la PAC y, sobre todo, con la incorporación de jóvenes. Estamos peleando por el relevo generacional y, cuando las solicitudes se triplican, las administraciones no tienen narices de atenderlas. Este año ha habido 700 solicitudes y aún no se les ha contestado. En cambio, si una empresa con 700 empleos se instala en el medio rural, le ponemos la alfombra roja. Los jóvenes agricultores priofesionales también son cotizantes a la Seguridad Social.

--¿Estos son los dos temas que más le irritan?

--Sí, porque es una oportunidad para rejuvenecer el sector. Y en cuanto a la PAC, todos esperábamos que por fin los agravios comparativos iban a terminar en el 2014, y todo sigue como estaba. Es una aberración. Todo el mundo entiende que hay que cambiarlo pero nadie hace nada.

--En la Asamblea General de este fin de semana presentó el balance del informe de acción sindical de su mandato, que fue aprobado por unanimidad.

--Es una de las mayores satisfacciones porque se respalda lo que hemos hecho desde el 2010 para intentar mejorar las cosas. Nos hemos movilizado cuatro veces en contra de la PAC cuando aún estaba sin aprobar. Hemos conseguido que la DGA se comprometa a aportar 350 millones para confinanciar el programa de Desarrollo Rural 2014-2020, lo mismo que en el periodo anterior, porque quería rebajar su presupuesto. Hemos logrado tener una Ley de mejora de la cadena alimentaria, aunque ha salido un poco coja porque no habla de precios. Hay que avanzar mucho, pero hemos hecho un buen trabajo.

--¿Y cómo afronta los próximos cuatro años?

--Tenemos muchos retos. Sobre todo, el relevo generacional. Los jóvenes y las mujeres en este sector y en el medio rural son vitales. Con ellos podemos lucha por lograr los demás desafíos. Es importante ser agricultor, alimentar a la población es la mejor profesión del mundo, no hay nada más noble. Tenemos que trabajar por una preferencia comunitaria y por nuestro propio modelo de soberanía alimentaria.

--¿Qué le parece la nueva Comisión Ejecutiva?

--Es nueva pero todos tienen experiencia en la agricultura y en la gestión de cooperativas, están bien formados técnicamente. En un plazo de tres meses se decidirán los responsables de cada sector.

--¿Habrá problemas para encontrar representantes de la provincia de Teruel, después del plante?

--Se hablará con los afiliados que muestren interés y la Coordonadora General decidirá. No hay un límite para solucionarlo, pero por mí, cuanto antes.

--No ha habido manera de convencer a Lobón para modificar los mapas de la PAC.

--Ya se sabía desde el principio. La PAC es inmovilista pero tiene que cambiar, olvidar las preferencias históricas y priorizar por objetivos, el empleo, la producción de alimentos y la mejora del medio ambiente. La mitad del presupuesto se va sin generar puestos de trabajo. Si a los jóvenes no les reconoce unos derechos de pago, ¿para qué hay subvenciones por inversión si luego no puede competir en las mismas condiciones que sus vecinos? También se debe regular el empleo a tiempo parcial en los autónomos del régimen agrario. Es necesario legitimar los derechos de los perceptores.