Los extrabajadores de Tata Hispano ya tienen plan de viabilidad para retomar la actividad de la defenestrada fábrica de carrocerías de autobuses, que dejó de funcionar hace cinco meses. El documento, que ya ha sido presentado al consejero de Industria, Arturo Aliaga, junto al plan de negocio, contempla reiniciar la producción en la segunda mitad del año con una plantilla de 73 trabajadores, que se ampliaría hasta 124 personas en tres años (2017) si se cumplen las previsiones de ventas.

Detrás del proyecto está Hispano Aragonesa de Carrocerías (HAC), la sociedad anónima laboral (SAL) que se acabará de constituir esta semana y que está impulsada por 104 de los cerca 300 exempleados de la factoría cerrada. Para materializar la hoja de ruta diseñada, todo depende de que fructifiquen las negociaciones con el propietario de la extinta fábrica, la multinacional india Tata Motors, para que ceda las instalaciones situadas en el polígono Empresarium y las licencias de tres modelos de autobuses --el urbanos Area, el interurbano Intea y el de largo recorrido Xerus--.

Fijar el valor de estos traspasos supone la parte más sensible de esta trascendental negociación. Ambas partes ya han firmado un contrato de confidencialidad y un memorándum de entendimiento (MOU) para afrontar este proceso. Por todo ello, la sociedad laboral reclama el apoyo y la mediación del Gobierno de Aragón para la creación de una mesa de diálogo con Tata. En concreto, los promotores piden que técnicos de la DGA realicen una valoración de los activos de la factoría (instalaciones, maquinaria), tomando como referencia el precio por metro cuadrado del suelo industrial de Aragón. La sociedad laboral ya ha encargado además una tasación a una firma especializada.

Aliaga se ha comprometido a apoyar el proyecto en repetidas ocasiones, la última la semana pasada en las Cortes. Tras presentar sus planes empresariales, HAC confía en que el consejero detalle ahora las subvenciones y ayudas a las que podría acceder.

PRODUCIR BAJO PEDIDO El proyecto de Hispano Aragonesa de Carrocerías, representada y asesorada por el despacho de abogados Gutiérrez Arrudi, quiere acabar con defectos de funcionamiento de la fábrica en su etapa reciente, en la que arrojó pérdidas millonarias. Para ello, plantea un nuevo modelo de gestión que pasaría por la aplicación del método de producción just in time, es decir, fabricar sobre pedido y nunca estocar producto. En el futuro se propone el lanzamiento de prototipos propios y la entrada en el mercados exteriores, con la previsión de que el 25% de las ventas procedan de otros países en tres años.

En paralelo, HAC trabaja en la confección de su organigrama directivo y, a nivel comercial, tiene en el punto de mira la renovación de las flota de autobuses prevista de las ciudades de Zaragoza y Teruel. Unos pedidos que de conseguirse daría alas a la planta en su fase incial.