Están ahí cuando se necesitan y, quizá por eso, pasan desapercibidos. Prestan servicio en el puesto de trabajo, en centros para el ocio y el deporte, en tiendas de todo tipo, aeropuertos, hospitales... Y siempre cumplen con dos premisas: orden y seguridad. Este es el lema de Megablok, una empresa familiar aragonesa que desde 1997 fabrica mobiliario para colectividades en diversos materiales. Taquillas, consignas, casilleros, bancos de vestuario, mesas y sillas plegables o armarios de oficina componen su catálogo, con más de mil referencias, lo que demuestra la enorme flexibilidad que ofrece a sus clientes en 25 países del mundo. Entre ellos se encuentran administraciones, gimnasios, complejos médicos, hoteles, colegios, barcos, supermercados (Dia, Simply) y populares enseñas de moda (Inditex), ropa deportiva (Decathlon), electrónica (Mediamarkt) o muebles (Ikea). Incluso han aparecido en conocidas series de televisión.

Fundada por José Antonio Villaverde, Megablok nació como escisión del fabricante aragonés de buzones y cajas fuertes BTV. "Las familias van creciendo. Mi hermano continuó allí y yo orienté la nueva empresa hacia equipamientos más grandes, aunque coincidimos en muchos sectores", explica el gerente, que se rodeó de dos hijos para emprender la aventura: Enrique, responsable de producción, diseño y compras; y Sonia, encargada de la administración. Completa el equipo directivo Juan Valle, que se ocupa del departamento comercial. La factoría de Zaragoza, donde 25 personas trabajan en la producción metálica, se ubica en una parcela de 16.000 metros cuadrados en Plaza, donde se trasladó en el 2010 desde Cuarte de Huerva. A esta plantilla hay que añadir otras 8 personas del taller de La Puebla de Alfindén, dedicado a la carpintería de madera.

La diferenciación de Megablok se basa en una "absoluta adaptación del producto a las necesidades del cliente", con una rapidez de entrega garantizada en "una o dos semanas" y siempre diseñado bajo la premisa de que sea exportable. "Tenemos mentalidad global", asegura Valle. De hecho, en la plantilla hay empleados nativos de cinco idiomas distintos. La firma aragonesa, que lleva 10 años exportando, ofrece taquillas desmontadas para ahorrar en transporte; de madera o melamina para lugares secos; fenólicas, con propiedades hidrófugas, ignífugas y antibacterianas; electrificadas, para poder cargar dispositivos como el móvil o el ordenador; con cerraduras de llave, candado, moneda o por apertura electrónica; y de distintos tamaños adaptados a lo que se vaya a guardar dentro, ya sea una maleta, palos de golf o esquís, que incluyen un calefactor para secar las botas después de la práctica deportiva.

"Todo el proceso de diseño y producción se realiza en Zaragoza", destaca Valle. La planta está dotada de la más moderna maquinaria cortadora y de soldadura. Actualmente fabrica unas 7.000 taquillas al mes, pero tiene capacidad para el doble. También cuenta con depuradora propia y claraboyas en el techo para ahorrar en energía.

El equipo directivo resalta la importancia de la exportación como amortiguadora de los efectos de la crisis. "En el 2008 llegamos a facturar 7 millones de euros; el año pasado, 4,5 millones, pero fue un 5% más que en el 2012", matiza optimista Valle, que percibe un "cambio de tendencia" en el mercado nacional. "Hemos notado que los clientes están retomando proyectos que llevaban un año estancados", reconoce. Los mercados más habituales para Megablok son la Unión Europea y la zona de Oriente Medio, sin olvidar el centro y el sur de América. "Estamos haciendo los primeros intentos en Sudáfrica y Angola", revela.

En su labor exportadora juega un papel decisivo la participación en misiones comerciales y ferias, tanto como visitantes como con expositor propio. "Desde el principio tuvimos claro que había que darse a conocer y antes de cumplir nuestro primer año de vida ya fuimos a un certamen. Estamos en una media de tres cada año", añade. Actualmente, las ventas al exterior suponen un 25% de su facturación pero el objetivo es alcanzar el 50% en los próximos dos años. "Tenemos mucho recorrido por delante. Cada año hacemos productos nuevos porque al cliente le surgen nuevas necesidades y el mercado te exige adaptarte constantemente", concluye Villaverde.