Unos 60.000 empleados de Daimler Chrysler fueron ayer a la huelga en Alemania para protestar contra los planes de Mercedes de hacer trabajar a su plantilla más horas. El grupo germano-estadounidense pretende reducir los costes de personal en su filial en 500 millones de euros al año. Pero los empleados de la unidad más rentable del grupo tan sólo están dispuestos aceptar un recorte de 180 millones. La firma anunció el pasado lunes que podía recortar 6.000 empleos en la planta de Sindelfinger y trasladar parte de la producción del Mercedes clase C a otras plantas de Alemania o del extranjero, si los empleados se oponen a recortes más profundos.