El principal sindicato de Alemania, IG Metall, abogó ayer por un recorte de medio punto en los tipos de interés en la eurozona, hasta el 1,5%, para impulsar la economía germana, en la que actualmente hay 4,3 millones de parados, e hizo un llamamiento al Banco Central Europeo (BCE) para que no sólo tenga en cuenta la estabilidad del euro, sino también la situación país por país, con el fin de estimular el crecimiento económico.

El jefe del departamento de Economía, Tecnología y Medio Ambiente de la organización, Ulrich Eckelmann, subrayó que el control de la política monetaria por parte del instituto emisor europeo ha privado a los distintos países de un importante instrumento para dinamizar las economías nacionales.

"Es difícil que Alemania defienda sus propios intereses, dado que la política del BCE es la de la defensa de la estabilidad en el conjunto de la eurozona", precisó Eckelmann, quien además estimó que sería necesario "reajustar" las condiciones establecidas en el Pacto de Estabilidad para que los países tengan más espacio presupuestario, dado que el umbral de déficit publico del 3% es un "criterio estrecho". "Además, ya se ha visto cómo no funciona en un contexto de crisis", apostilló.

Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de no limitar la unidad europea al campo monetario o de las finanzas y conseguir una Europa social, menos centrada en el ahorro y el recorte en servicios sociales, y que también esté unida en materia de salarios. Consideró también que las limitaciones actuales de la UE están haciendo que decaiga la euforia europeísta entre una población que "está dejando de ver las ventajas y sólo se encuentra con las desventajas". Para demostrar esa falta de apoyo social a los recortes de servicios sociales en pro de la estabilidad presupuestaria desarrollados por la coalición rojiverde en el poder, el sindicato ha puesto en marcha una campaña de firmas en Alemania a la que se han adherido otros sindicatos, y que está buscando otros respaldos.