El fabricante de vallas metálicas y cerramientos de seguridad Procoard prevé echar el cierre a su planta de Gurrea de Gállego (Huesca), donde lleva instalado desde el 2008, y despedir a sus 27 trabajadores. Las dificultades para acceder a la financiación bancaria, la crisis y el desplome de la obra civil han llevado a la firma de origen catalán a presentar preconcurso de acreedores, por lo que aún dispondría de varias semanas para intentar buscar una salida al cierre. Sin embargo, reflotar la compañía parece algo muy improbable debido a la "elevada" deuda que acumula.

Tanto es así que la empresa ya ha presentado un ERE para extinguir la práctica totalidad de los contratos. Según indicaron fuentes de UGT, los despidos se ejecutarán a finales de este mes y los empleados recibirán una indemnización de 25 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades. "Hace dos meses, la firma ya tuvo que aplicar otro ERE de extinción para 17 trabajadores", añadieron las citadas fuentes. Procoard llegó a emplear en el 2010 a 60 personas.

Aunque la caída de la obra civil ha afectado a la compañía (entre otras cosas fabricaba las vallas del AVE o de las autovías), las fuentes sindicales indicaron que aún tenía carga de trabajo, si bien la falta de crédito ha hecho "inviable" continuar el proyecto.

Procoard invirtió en torno a nueve millones de euros en sus modernas instalaciones de Gurrea, para lo que contó con el apoyo de la DGA.

AGONÍA EN GURREA La crisis se está cebando en los últimos meses con la localidad oscense, ya que a la situación de Procoard se suma el cierre de Prefabricados Chimillas, dedicada a la producción de elementos de hormigón para las líneas del AVE y la obra civil. La empresa, en concurso de acreedores, ha destruido una treintena de empleos en los últimos meses y sus propietarios ven "inviable" reconducir la actividad.