La pasada semana detallábamos desde esta tribuna los cinco factores de éxito que han permitido consolidar el sector de automoción nacional, con inversiones previstas en el próximo año de 4.500 millones: los acuerdos laborales, el apoyo de las administraciones, la innovación en los procesos industriales, la industria de proveedores y el talento explican las razones del éxito.

Pero son varios los retos que deberá superar el sector en los próximos años. El primero son los costes energéticos. El coste del megawatio/hora del mercado español es un 38% más caro que el de Alemania, y un 19% más elevado que en Francia. El propio Antonio Cobo de GM citaba que "la subida de la energía anulará los esfuerzos realizados por la empresa y sus trabajadores para recortar los costes laborales". Debemos resolver este problema a largo plazo, sin parches, y definir el mix energético de España para próximos años.

La logística sería el segundo reto: los coches fabricados en España tienen un coste logístico superior a los fabricados en Europa de entre 300 a 400 euros; necesitamos aprovechar la intermodalidad, optimizando el uso del ferrocaril y de los puertos para reducir el diferencial.

En formación, la adaptación a las nuevas tecnologías y nuevos procesos productivos es constante, por lo que la necesidad de actualizar la formación de los trabajadores es clave para mantener nuestra competitividad. Esperamos que la formación dual y otras modalidades cubran el hueco entre las demandas de la industria y la oferta formativa. Y, por último debemos apostar por la innovación de producto y potenciar la I+D. Las empresas que tienen producto propio tienen más posibilidades de sobrevivir.

Me gustaría añadir un reto regional: el año pasado se produjeron en un radio de 350 kilómetros de Zaragoza dos millones de vehículos, cifra que no tienen que envidiar a las grandes regiones de automoción como Detroit, Stuttgart o Shangai. Tenemos los mimbres y las capacidades para convertir a Aragón en el nuevo hub europeo de automoción del Sur de Europa.