Hay distintas versiones pero la del periodista Luis Carandell, si bien no particularmente verosímil, es de las más curiosas. Según su libro de anécdotas políticas, Felipe V estaba sitiando Barcelona, ocupada por su oponente el archiduque Carlos de Austria, cuando decidió luchar junto a sus soldados. Estos, preocupados, le pidieron que no lo hiciera, pues "rey no hay más que uno". A lo que el monarca les contestó: "Otro habrá. A rey muerto, rey puesto".

Bien podría ser una anécdota inventada en su momento para ensalzar la figura del primer rey Borbón de España, pero sirve muy bien para describir la reacción de los mercados ante la abdicación de Juan Carlos I: total indiferencia.

Garantizada la continuidad institucional por el apoyo de los grandes partidos, el cambio en una jefatura del Estado no preocupó a los inversores, a quienes lo único que les hace temblar en este tipo de situaciones es la incertidumbre. Su foco, en cambio, está puesto en su auténtico monarca, el Banco Central Europeo, y en las medidas excepcionales que desvelará el próximo jueves.

El buen dato del sector manufacturero en China alejó el temor a un parón en el país, mientras que los flojos datos manufactureros de la zona euro y de IPC de Alemania alentaron la expectativa respecto al BCE. El Ibex subió un 0,27%, a los 10.827,4 puntos (máximo desde abril del 2011), con la prima en 148 puntos básicos.