La crisis parece estar tocando fondo en España, pero hay dudas sobre cuándo se clarificará la ansiada recuperación y en qué condiciones laborales y sociales llegará ¿Qué es lo más importante? Esa pregunta se hacían ayer los sindicalistas, empresarios, políticos y profesores universitarios que participaron en la jornada Crisis y recuperación, organizada por la Cámara de Zaragoza, el Colegio de Economistas y UGT. No hubo consenso al respecto, como tampoco se dio sobre la conveniencia o no de la moderación salarial en el actual contexto. En lo que sí coincidieron fue en apostar por la mejora de la productividad como la "estrategia ganadora", pero cada ponente prioirizó recetas diferentes para conseguirlo.

Desde el prisma sindical, "es fundamental el cómo se salga de la crisis", apuntó el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer. "Mientras no se cree empleo y disminuya el paro no se pueda hablar de recuperación", agregó. Tildó de "espejismo estadístico" la mejora de datos macroeconómicos, ante el "drama" de los 6 millones de parados y el aumento de la pobreza. En ese contexto, lamentó que el poco trabajo que se genera sea mayoritariamente a tiempo parcial y precario y alertó del fenómeno del "subempleo".

Por estos motivos, Ferrer apostó por iniciar una mejora de los salarios, ya que de mantenerse la bajada de los últimos años "no será posible" que se reactive la demanda interior. "Persistir en el austericidio, la devaluación salarial y los recortes de los servicios públicos, es uno de los máximos errores para la recuperación y para el futuro del Estado del Bienestar", sentenció.

El contrapunto de la jornada lo puso Javier Andrés Domingo, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, quien priorizó el "cuándo" se deje atrás la crisis frente al "cómo". El punto más polémico de su intervención fue la defensa de la moderación salarial como palanca para la recuperación, un instrumento que "no debe dar miedo". "Lo que más frena el consumo es la incertidumbre sobre el empleo", concluyó.

"No esperemos que de esta crisis nos saque el crédito, a este lo sacaremos nosotros", auguró Andrés al señalar que, por la experiencia de recesiones anteriores, la normalización de la financiación no se producirá hasta dos o tres años después de que se reactive la economía.

Perder el miedo

Desde el flanco empresarial, la vicepresidenta de la Cámara, María López, puso el énfasis en la persistencia de los problemas de financiación: "Hay crédito, pero ligado a una inversión, algo que se pueden permitir pocas empresas". La única vía que les queda para tener "más holgura" para por salir al exterior, a lo que las pymes "están perdiendo el miedo", subrayó.

En clave regional, el lider de UGT Aragón, Daniel Alastuey, insistió en que la comunidad "tiene una situación que empieza a ser un poco peor que la de España". Al respecto, criticó que la DGA supedite las "medidas antiparo" al resultado de la relajación presupuestaria de mitad de año, el alusión al Plan Impulso.