El temor a la guerra es tan viejo como el hombre. "Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, rojo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada". Así se describe en el Apocalipsis la llegada del segundo de los cuatro jinetes que la tradición afirma que darán fin al mundo, al que habitualmente se identifica con la guerra. Los tambores bélicos no gustan a casi nadie, y en general nada a los inversores, por lo habitual temerosos respecto al futuro de su dinero. El conflicto entre Ucrania y Rusia lo viene demostrando.

La jornada arrancó con ánimos compradores gracias a los buenos resultados empresariales en la víspera en Estados Unidos, particularmente los de Facebook y Apple, por encima de las previsiones y que han mitigado los temores a una burbuja tecnológica. El dato de crecimiento en España --0,4% intertrimestral según el Banco de España, una décima más de lo esperado-- abonó más el terreno. Pero los problemas en el norte de Europa (Ucrania prosigue su ofensiva contra los prorrusos y Rusia incrementa los movimientos militares en la frontera) tiñeron de rojo los mercados. Solo la buena apertura de Wall Street permitió cerrar con tímidas alzas. El Ibex 35 subió el 0,36%, a 10.462 puntos. La prima de riesgo se elevó a 155 puntos pese a que el Tesoro vendió bonos a 10 años al mínimo interés histórico.