De sufrir la expropiación del 51% de YPF en el 2012, Repsol ha pasado a tener en caja más de 4.400 millones de euros (más de 6.000 millones de dólares) por la venta de las acciones que le quedaban de su antigua filial y las compensaciones recibidas en forma de bonos soberanos vendidos en el mercado. El último tango de la petrolera tras 15 años en Argentina.

No es habitual lograr un acuerdo con estos resultados en ese país, líder en demandas en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial, junto con Venezuela. El pacto, forjado por los principales accionistas de Repsol, en especial CaixaBank, a través de su presidente, Isidro Fainé, y luego blindado con las condiciones que impuso el presidente de la petrolera, Antoni Brufau, es un hito. "Y más si se tiene en cuenta que las perspectivas iniciales eran no ver ni un céntimo", según fuentes conocedoras del proceso.

No es de extrañar que las acciones de Repsol hayan vuelto a cotizar en el nivel de 20 euros, como en marzo del 2012, cuando se produjo la expropiación de YPF, y que Fitch y Standard & Poor's hayan mejorado su nota de solvencia. Y es que Repsol ha convertido 4.800 millones de dólares en bonos soberanos argentinos (unos 3.480 millones de euros) en líquido casi a las horas de cobrarlos y cumpliendo el objetivo que se había marcado, y logrado otros 903 millones de euros con la venta de las acciones que aún tenía en YPF.

Con todo ello, la petrolera afronta ahora una etapa de compras "de activos y empresas especialmente en el área de producción en la zona de la OCDE", según fuentes de la compañía. Las aspiraciones de Brufau son dar un impulso al crecimiento con la compra de activos en lugares menos arriesgados que Libia, como EEUU, Canadá o Noruega. Se trata de cubrir el hueco dejado por YPF. Repsol prevé elaborar un nuevo plan estratégico para el periodo 2015-2018 o 2019 que se presentará con los resultados del 2014 a principios del año próximo.

Los precedentes

Lo logrado no es habitual. De 48 denuncias de empresas a Argentina especialmente a través del CIADI, solo en 14 ha habido un laudo y solo en cinco Buenos Aires pagó con bonos. Fue a la mexicana CMS Gas, la británica National Grid, la aseguradora de EEUU CNA, al igual que la suministradora de agua Azurix y el grupo de comunicación francés Vivendi. La suma conjunta fue de 700 millones de dólares, si bien se aplicó una quita del 25% que se elevó al 35%.

Gracias al inédito acuerdo alcanzado, Repsol ha retirado todas las demandas contra Buenos Aires. Otras empresas españolas recurrieron antes al CIADI contra Argentina, como Urbaser y el Consorcio de Aguas de Bilbao en el 2007; Suez, Aguas de Barcelona (Agbar) en el mismo año; Enersis (Endesa) en el 2003 o Gas Natural, el mismo año.

Otra asignatura pendiente es Pemex. La visita a España del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en junio puede ser el pistoletazo de salida para un relevo de los mexicanos, enfrentados con la cúpula de Repsol, como accionistas de referencia (9,42%). Su paquete vale hoy unos 2.500 millones.