El 10 de abril de 1970, hoy exactamente hace 50 años, Paul McCartney anunciaba que dejaba los Beatles, lo que de manera implícita significaba la disolución definitiva del grupo más famoso de todos los tiempos, una noticia que que consternó al mundo de la música en su época. Era en realidad una formalidad, ya que los integrantes del cuarteto llevaban varios años trabajando cada uno en proyectos personales y con su relación deteriorada.

Mucho se ha hablado de los motivos que acabaron desencadenando la ruptura, desde la muerte de su mánager Brian Spstein, apodado el Quinto beatle, en 1967, a la posterior contratación en su puesto de Allen Klein, pasando por el cierre de las giras en 1966, las presiones financieras y la influencia que Yoko Ono ejercía sobre John Lennon.

En realidad, como apunta Juan Agüeras, autor de libros como Los autógrados de los Beatles, y uno de los mayores conocedores del cuarteto de Liverpool en España, todo ello contribuyó, «y metido en una minipimer, sale una bomba». Aunque Agüeras pone énfasis en dos aspectos que considera fundamentales, «por un lado, la elección de Klein para sustituir a Spstein. John Lennon, George Harrison y Ringo Starr lo eligieron a él frente a Paul McCartney, que apostaba por su suegro Lee Eastman. La decisión resultó un desastre, como después acabó por reconocer Lennon».

Y es que los Beatles, más allá de su gran patrimonio musical, lo tenían también económico y habían montado algunas de las empresas más importantes de la época, como Apple Corps, «que era mucho más que una compañía discográfica. Pero el dinero comenzó a irse por todos los lados y con un mánager como Klein sin saber gestionarlo el caos fue absoluto», cuenta el que fuera presidente del ya desaparecido Sergeant Beatles Fan Club de Zaragoza.

El otro factor fundamental para la separación, en opinión de Juan Agüeras fue «sin ninguna duda, la presencia de Yoko Ono. Lennon vio en ella lo que no había visto en nadie. Hasta entonces, su vida giraba en torno a los Beatles y a Paul McCartney, que era su mejor amigo, pero todo cambió con Yoko Ono, pues se dejó llevar totalmente por ella y lo alejó del grupo», cuenta. Pero además la artista comenzó a inmiscuirse en el trabajo de la banda, lo que provocó enfrentamientos entre los músicos (Lennon y Harrison, en una grabación, estuvieron a punto de llegar a las manos), y si bien Agüeras no rubrica al cien por cien aquello que cantaban Def con Dos, La culpa de todo la tiene Yoko Ono, si mantiene que ella «fue artífice esencial de la separación, no la aguantaban».

Todo ello provocó, que McCartney anunciase su marcha del grupo el 10 de abril de 1970. Precisamente el músico que más estaba haciendo por mantener el grupo a flote. De hecho, la decisión de hacerlo público la tomó después de que en septiembre el año anterior Lennon dijese al resto de los integrantes que se iba, «pero lograron convencerlo de que no lo hiciese pues Klein estaba negociando un suculento negocio con EMI». Pero ahí ya estaba claro que todo se había roto, así que McCarney, que estaba a punto de sacar su primer disco en solitario, aprovechó la ocasión para hacerlo público. Sin duda, una buena promoción para su nueva etapa.

Otro gran estudioso del cuarteto de Liverpool, Javier Tarazona, último reponsable del Sergeant Beatles Fan Club, autor de obras como Harrison, de beatle a jardinero, junto a Ricardo Gil, y a punto de lanzar un nuevo libro sobre Ringo Starr, asegura que si bien Yoko Ono influyó, «porque Lennon se enamoró de ella hasta las trancas», pone el énfasis en otras causas, una de ellas, «el dejar de hacer las giras; hasta entonces los cuatro estaban siempre juntos, eran como una familia, pero después dejan de llevar la misma vida, se va cada uno por su lado, uno va a la India, McCartney a España, Lennon también rueda una película en España... en fin, hacen nuevas relaciones y tienen nuevas inquietudes», señala.

Pero si la separación de los Fab four traumatizó al mundo musical de la época, no cabe duda de que sirvió también para alimentar el mito que hoy son: «Fue una carrera breve, una década, y eso hace crecer el mito. Y con la muerte de Lennon todavía más, él se convirtió en el mito del mito», recalca Javier Tarazona.

En la misma línea se manifiesta el profesor universitario y músico Gabriel Sopeña, quien señala que «las estrellas que más brillan son las que antes se apagan, las que lo hacen por su propia potencia y eso sucedió con los Beatles, que se consumieron en su propia brillantez».

Porque ¿qué tienen los Beatles para seguir siendo hoy la banda más reconocida e influente de la historia? Para el músico Joaquín Carbonell «sus discos nunca han sido superados por nadie, cualquier canción que cojas a boleo sale una joya. Como Picasso, ellos también inventaron un lenguaje nuevo en la música, son los reyes de la melodía y su influencia es brutal, de hecho poco o nada se puede hacer en el pop que no hubiesen hecho o esbozado ya ellos».

Sopeña va un poco más allá y apunta que «inventaron todo, no solo en la música, tambén en lo social, la idea de estética del escenario, el concepto de sonido, reunirse para para oír música, el guateque, ir a conciertos, la ropa, el pelo, la importancia de la fotografía, de la imagen, las técnicas de grabación con ingenieros... donde antes no había nada ellos establecieron pautas que se siguen reproduciendo. Además fueron héroes de la clase obrera, demostrando dónde se podía llegar a pesar de dónde venías. Y en lo musical, nada soporta comparación con lo que hicieron».

Una proyección que llega hasta nuestros días como se deduce de las palabras de Sergio Falces, responsable de Aragón Musical, «cuando ellos se separaron aún me faltaban unos años para nacer, y los descubrí porque me gustaba McCarney y él me llevó a los Beatles. Yo viví con intensidad el britpop de los 90, que bebía de los Beatles, y volvieron a estar de moda. Para nosotros eran lo más grande. Sgt. Pepper’s lo iluminó todo. Los Beatles, sin duda, también marcaron a mi generación».