Antón García Abril,para pequeña orquesta

LUGAR: Sala Galve del Auditorio

FECHA: Martes, 14 de diciembre

ASISTENCIA: Lleno

Mientras la Sala Mozart presenciaba la anual sesión de gospel del Ciclo de Otoño, más tranquilamente, en la Sala Galve, el Grupo Enigma Orquesta de Cámara del Auditorio proseguía con paso firme su temporada. En su segundo programa, el conjunto ampliaba notablemente la sección de cuerdas a una veintena de intérpretes y se centraba en la obra de Antón García Abril, redondeando el segundo homenaje que el Auditorio ofrece este trimestre al compositor turolense, autor siempre grato de escuchar.

En el Cuarteto de Agrippa , García Abril toma la formación clásica de cuarteto con piano y sustituye la viola por un clarinete, dotando de mayor importancia a esa voz central. Emilio Ferrando, que no desaprovecha una sóla frase para hacer música, dio buen juego esa parte, dentro de un cuarteto que estuvo siempre equilibrado y conjuntado. Le seguía en la velada el Concierto mudéjar , página que tiene todos los números para convertirse en la más popular de su autor en años venideros. El guitarrista hispano-argentino Ernesto Bitetti realizó la parte solista con la solvencia que garantizan sus muchos años de carrera y su afinidad con esta música, que de hecho estrenó hará dos décadas.

La cuerda que acompañaba a Bitetti se encargó también de los Cantos de Pleamar (obra inaugural de nuestro Auditorio), a mi entender una de las páginas más bellas de García Abril, con un continuo suave oleaje y una armonía rica y atractiva. Por último, al grupo se unió un sexteto de vientos en cuatro números (los dos primeros y los dos últimos) de Canciones y danzas para Dulcinea , más entroncados en el españolismo de su autor. Son páginas que traen a Rodrigo a la memoria, pero que jamás se van por los cerros de Ubeda como a veces le ocurre al valenciano.

El maestro turolense estuvo en la sala y subió al escenario a recibir, con Juan José Olives y su grupo, el caluroso aplauso del abundante público.