La Asociación Aragonesa de Escritores (AAE) presentó ayer el número 22 de la revista Imán al mismo tiempo que hizo balance de estos cuatro últimos años de gestión ahora que está próximo a expirar el mandato de la actual junta directiva. La secretaria de la AAE, Pilar Aguarón, destacó algunos de los hitos que había conseguido la asociación en estos cuatro años. «En este tiempo lo que hemos hecho ha sido aumentar el volumen de miembros en 22 nuevos socios. Pero sobre todo, estamos muy orgullosos de haber traído escritores jóvenes. En 2017 cambiamos los estatutos para tener en nuestras filas escritores jóvenes sin tener un libro publicado, sino con un blog o con redes sociales con una continuidad. Los jóvenes no son como nosotros, tienen otras iniciativas para mostrar su valía como escritores. Hemos logrado aumentar en un 100% el número de menores de 30 años que había desde el 2016 hasta ahora», explica.

En este sentido, Aguarón incidió en este hecho de crecimiento de la asociación: «En estos tiempos en los que la sociedad es tan individualista la asociación sigue creciendo y creemos que representamos a la sociedad con contenidos de calidad. Queremos formar parte de la sociedad y que los escritores sean reconocidos como que aportan cultura y bienestar a la sociedad en la que vivimos».

En este periodo la asociación ha organizado cerca de 500 actividades, entre las que se encuentran Poesía para Perdidos, Copas de Letras, Arte a dos manos, o Un cuento y una sonrisa, entre otros. En este sentido, la secretaría de la AAE explicó cómo habían adaptado sus actividades a la crisis sanitaria del coronavirus: «Hemos tenido que suspender algunas de las actividades que teníamos, pero si se pueden se retomarán en septiembre. El primero de los actos que se suspendió fue en un bar al que la pandemia se llevó por delante, que se llamaba El poeta eléctrico. Siempre ha habido un miedo a todo lo que vino después, por eso muchas actividades las hemos tenido que cancelar. Otras las hemos adaptado a la situación actual, por ejemplo ahora Poesía para perdidos la hacemos desde el balcón del albergue, y desde la calle se ve a los poetas recitar, esto será así hasta que la situación se normalice».

Por su parte, Ricardo Díez destacó los orígenes de la revista Imán y cómo esta había cambiado en estos cuatro últimos años: «La revista comenzó en formato de papel, pero el papel es un material caro y acababa teniendo menos impacto del que se quería en un primer momento. Por eso, cuando nos hicimos cargo de la revista la movimos a la web e hicimos que tuviera una navegación accesible. Ahí se pueden encontrar todos los contenidos etiquetados para que resulte sencilla su búsqueda, pero al mismo tiempo manteniendo la conexión con la literatura.

En este sentido, Díez explicó algunos de los contenidos que se podían encontrar en este nuevo número de la revista Imán: «Uno de los artículos más importantes es el que escribió Agustín Porras acerca de los hermanos Bécquer, con aportaciones novedosas a lo que todos sabíamos sobre ellos: Habla sobre el trabajo de traductor de Gustavo Adolfo Bécquer en los últimos años. Había poemas que tradujo Bécquer a su libre albedrío, y que al mismo tiempo le sirvieron de inspiración para los suyos. Por otra parte, en este número hablamos sobre 17 escritores colombianos de primer nivel, algunos de ellos con un larga trayectoria y para nosotros es un honor poder trabajar con ellos. Además de estos autores, también contamos con una sección íntegra donde solamente publicamos contenido elaborado por nuestros socios, pero hay otras tres secciones que son narrativa, artículos y poesía. En ellas cogemos trabajos de la asociación y los sacamos al público», concluyó.