???

El rey de los belgas

P. Brosens y J. Woodworth

El concepto del falso documental puede seguir dando juego, aunque ya no sorprende como antes. El rey de los belgas es un buen ejemplo. El punto de partida es atractivo, aunque a medida que se desvela el dispositivo carece de la sorpresa y el interés inicial. El rey de Bélgica está de visita oficial en Estambul cuando su país colapsa y se separa de la UE. Como el espacio aéreo está cerrado por una tormenta, no le queda más remedio que volver de incógnito en el autobús de unas cantantes búlgaras mientras un cineasta realiza un supuesto documental. Diversión no le falta, pero los códigos son muy locales. QUIM CASAS